domingo, 6 de enero de 2013

"El porno como legimitación de actos impúdicos en el ambito sexual". Artículo de Esperanzado Maravilla.


La necesidad de estímulos audiovisuales con alta carga de contenido erótico, con la que muchas veces nos encontramos para poder excitarnos y llevar a cabo una relación de nosotros/as con nosotros/as, me llevó a pensar en el tipo de mercancía que se nos ofrece, sobre todo por internet, para esos ratos en los que tu mano es tu mejor amiga.  Intenté encontrar algo que me sirviera, y buscando, lo que más aparecía, como no, eran páginas porno, que bajo mi punto de vista, la única provocación que producen, es esa que te incita a querer  meterte en la pantalla para matarlos a todos.
Imágenes desagradables en las que mujeres se exhiben como quien intenta vender una vaporeta, páginas en las que antes de ver una película te ofrecen, como en un mercadillo, toda clase de fotos, en las que siempre, la mujer, aparece como objeto sexual supeditado al hombre. En una aparecía una chica siendo ahogada por un tipo, en otra, un viejo tocando a una mujer que no más de 18 años tendría y que imitaba ser una colegiala de 12.

¿Esto es lo que se ofrecen para satisfacer deseos sexuales?  Lo mejor de todo, es que la gente lo mira y es capaz de tener una velada íntima y personal con eso apareciendo en sus pantallas, lo mejor es, que disfrutan con ello, lo mejor es, que luego, se creen que ese tipo de sexo es natural, un sexo violento cuanto menos, un sexo que denigra, un sexo hecho para el mercado, y que legitima todo lo que luego, aquellos que lo utilizan para su disfrute , denuncian: abusos, vejaciones, pederastia etc. Cómo un día se puede estar viendo esas escenas y al día siguiente pedir cadena perpetua para el que ha cometido actos pedófilos, acoso etc. Cómo se puede ser tan hipócrita, es lo que nos venden y gustosos consumen muchos, es lo que al final se asimila como normal, pedimos cárcel para el desviado y los desviados somos todos, todos formamos parte de una sociedad en la que se nos obliga a consumir lo que nos ofrece el sistema, que pervierte y deshumaniza, que humilla, castiga etc. Pero eso parece no importarle a nadie, seguimos con nuestras vidas, en las que brilla la ausencia de pensamiento crítico y reflexivo que nos permita ver, cómo juegan con nosotros, mientras, orgullosos  de formar parte de un mundo desarrollado, aceptamos que se juzgue, por haber hecho lo que sin ir más lejos se nos enseña.
Jamás aceptaré a un violador/a, un/a pederasta, un maltratador/a, pero si me preguntaran que haría en caso de encontrarme a una de estas personas en mi vida, mi respuesta, no sería: cárcel. Seguramente, mi deseo sería el de hacer que desapareciera, pero automáticamente, me surge una pregunta, ¿Algo así se nace o se hace? Ahí la dejo.

Esperanzado Maravilla.

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