martes, 22 de octubre de 2013

Grupo Dafsa. El polígono de la Esperanza en el punto de mira 20 años después.

Pues bien, esta pequeña nota introductoria nos ha servido para situar un poco a la gente en lo que fueron los comienzos del polígono de la Esperanza. Ciertamente hubieron colectivos e individualidades que se opusieron a la proyección de esta aberración del progreso en la Esperanza, pero no fueron suficientes, y hoy podemos gozar de sus maravillosos humos y vistas. Posiblemente una de las causas radica en que organizaciones como la citada GECEN u otras nacidas al calor de los acontecimientos como la conocida “Pueblo y Progreso” no suelen ofrecer un NO rotundo a los hechos quedando en muchos casos su fuerza calmada con un, por ejemplo, informe favorable de impacto ambiental. No obstante, hablamos desde la especulación y el desconocimiento, pero no por ello queremos quitar paja al asunto, para poder enfocar futuras avenidas con mayor ímpetu y determinación. 
Entre otras cosas que con este artículo queremos destacar es el “colaboracionismo” o dependencia que algunas de estas asociaciones tienen con los poderes públicos y acciones legales, las cuales no se deben en ningún caso desestimar, pero tampoco deben ocupar el grueso de las acciones. En este sentido algunos de los objetivos que por aquellos años se comentaban eran “posicionamiento público de los Ayuntamientos frente al polígono y su efecto sobre el manantial, iniciar trámites y estudios necesarios para que el manantial y sus alrededores sea zona protegida, etc.”
 En cualquier caso, fueron quienes en ese momento organizaron charlas, coloquios, analizaron ciertos aspectos, y por ello también merecen interés.

De este modo, y siguiendo el curso de los acontecimientos, no hemos encontrado ningún estudio de impacto ambiental, al menos público, en la página del ministerio, lo cual no es garantía de nada como hemos podido comprobar en el caso de Castor, pero lo que está claro es que aquí funcionamos con la política de hechos consumados, no nos damos cuenta de la gravedad del problema hasta que no lo tenemos delante de nuestras narices, y a veces ni eso basta.

¿Pero a qué viene tanto royo? Pues viene a que el debate en torno a la instalación de la empresa Grupo Dafsa en el polígono parece estar dando sus primeros pasos entre colectivos y asociaciones que ven peligrar el acuífero de la Esperanza y el Berro, tanto en lo que afecta a su contaminación como a sus existencias de agua.
El Manantial de la Esperanza es la base del regadío y el consumo de varios pueblos de la comarca pero ahora parece ser que el agua va a ser utilizada por esta empresa para la elaboración de sus zumos, horchatas y gazpachos, cuyo contenido y proceso productivo principal se realiza utilizando agua, y aunque semejante despilfarro no sea suficiente para que sus directivos dejen de tildarla de energéticamente sostenible. ¿Qué interés puede tener si no una empresa de estas características en instalarse en nuestra comarca?

Desde el comienzo de las obras el único debate existente en torno a esta mega plataforma rondaba las cifras de los puestos de trabajo que iba a crear, argumento explotado hasta la saciedad en este y otros proyectos de semejante calado en los que se intenta convencer a la opinión pública mediante cifras (almacenes nucleares, incineradoras…), como ya ocurrió también con la conocida SEPORSA. Ambas contaron con el beneplácito del ayuntamiento de Segorbe, el cual todos sabemos brilla por su coherencia en estos procesos (en el caso del AVE, solo se mostraba favorable si este contaba con parada en Segorbe, mientras que los socialistas desechaban el proyecto pero defendían uno parecido al fraking consistente en la captura y almacenamiento de CO2 en el subsuelo).

En este caso, el impacto ambiental, además de visual, estético, social, lumínico, etc.; no fue suficiente para paralizar la construcción de una azulejera en el polígono…sí una azulejera en el polígono, y en la que la pasividad de la gente en general fue la tónica dominante.


Además de todo ello, la filial de Mercadona, responde a los intereses de un mercado claramente identificados, los de la comida basura, los colorantes y conservantes, envasados, precocinados y demás cáncer; de una empresa que destruye el comercio local y nos embute de productos basura (cuando en la comarca podríamos ser altamente autosuficientes de la mayoría de productos que allí se dispensan) en detrimento de nuestras carnicerías, verdulerías, fruterías, panaderías…verdaderas fuentes de riqueza y de vida en los pueblos pequeños.

Por todo ello, el debate que ahora, aunque tarde, comienza debe de tomar forma, ser colectivo y apuntar a objetivos claros, para no caer en verdades a medias, en la retórica del “mar menor”, y en el consentimiento de los Palantinos a este tipo de proyectos.
Sirva esta escueta nota pues para analizar y profundizar en todos estos aspectos.

Thymus vulgaris



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante sería conocer que cantidad de litros de zumo va a producir la empresa y además de documentar que cantidad de agua mana el manatial al año en condiciones normales.y empezar a hacernos una idea de lo que estos cabrones van a utilizar para hacer productos-mierda.

Anónimo dijo...

http://segorbeencontrol.blogspot.com.es/2012/08/pplan-de-emppleo.html

http://segorbeencontrol.blogspot.com.es/2013/01/casualidades-nada-mas.html

jajajajjajaj