jueves, 7 de noviembre de 2013

El caso de la Mosca Transgénica: ¿Quién dijo que los experimentos se hacían con Coca Cola?

Ya está aquí la revolucionaria mosca transgénica, la que hará de sus cultivos y su aceite una verdadera delicia para el paladar de sus amigos y familiares…
Sí, parece broma pero no lo es. Como son escasos los casos de experimentos que les salen por la culata a la agroindustria y empresas del sector, he aquí uno más.

La investigación biotecnológica de la empresa Oxitec junto con la benevolencia de la Consellería de Catalunya han hecho posible que se realicen en Tarragona las primeras sueltas de moscas transgénicas para control de la plaga de mosca del olivo (Bractocera oleae).
Estos métodos son la investigación puntera de la biotecnología ya experimentados para la mosca de la fruta (Ceratitis capitata) mediante la suelta de machos estériles irradiados con rayos X o UV, y también transgénicos, para delicia de la comunidad científica y el mundo universitario.
Tal y como han demostrado Los Amigos de la Tierra, el objetivo sería que los machos estériles se apareasen con hembras fértiles y las larvas resultantes murieran en dicho estado sin llegar a la fase de adulto, reduciendo aparentemente las poblaciones a la larga.
No obstante, plantean el interrogante de que si la larva llega a la aceituna es porque la mosca la pica, con la consiguiente merma en la calidad de la cosecha, y lo que es peor, la introducción del insecto larvario genéticamente modificado muerto en la cadena alimentaria por su incorporación al aceite. ¿Cómo resolverán los problemas asociados que puedan surgir, y que de hecho ya surgen,  en el Medio Ambiente y en las personas? Además, diversas personalidades han alertado de posibles resistencias que oponen las hembras ante estos individuos transgénicos y estériles, como por otra parte es lógico.

Es cierto que la vida de estos individuos es corta, pero irremediablemente una vez entran en el medio ambiente se incorporan a la cadena trófica de otros insectos, y también de los humanos, donde las consecuencias ya no son tan previsibles, como ocurre de manera similar con los cultivos OMG. Además, el estado actual de las plagas muestra un desequilibrio natural derivado de la falta de biodiversidad que debiera existir en el medio, tal y como ocurría en mayor medida en el pasado. El uso generalizado de herbicidas químicos y el desherbado manual en los campos tampoco es que contribuya notablemente a su aumento, ya que son diversas las “malas hierbas” que se eliminan y que podrían dar lugar al refugio de sus depredadores naturales; por tanto un probable resultado satisfactorio por medio de estas y otras prácticas culturales es sustituido por nuevos “inventos” que ni son ecológicos, ni van a contribuir a la ecología (como algunos lumbreras empiezan a imaginar), ni van a la raíz del problema, empujándonos así al cúmulo de elementos que se retroalimentan por medio del uso de la tecnología y la ciencia con fines productivos.

Fuente: Revista Ae nº 13.

Thymus vulgaris.

No hay comentarios: