domingo, 29 de junio de 2014

Habitar lo común.

Magnífica aportación la que nos brindaba José Antonio Labordeta en su ya mítico Un País en la Mochila, concretamente en el capítulo referido a la comarca zamorana de Aliste. Nuestro paisano “anarco-burgués” maño nos presenta dicha comarca con el tono amigable y sincero que caracterizó su hazaña épica por la España rural. El que fuera un beduino en el congreso de los diputados nos remite al sonido del silencio, al terruño, a nuestras raíces, a un encuentro con nuestro pasado más inmediato.

Paralelamente, precisamente de Aliste, y más en concreto de sus costumbres comunales, nos habla el texto de cabecera que la redacción editorial de nuestra querida revista de crítica y análisis en torno a la destrucción del territorio, Raíces, ha elaborado para abrir boca en su Habitar lo común.
En este interesante artículo encontramos un detallado estudio de las cuestión comunal en nuestro pasado reciente intentando incidir en el cómo y el por qué ese mundo convival y campesino, coincidente en todo el panorama rural ibérico, también nuestra comarca, sucumbió ante el ideal de Progreso y de Modernidad.
Muchas de las causas radicaron en el abrazo de unas gentes, acostumbradas al esfuerzo y la mera supervivencia, a otro mundo que de alguna manera venía a poner ciertas facilidades, por expresarlo de manera superficial, en lo que se obviaba lo que supone una verdadera comunidad consciente de su necesidad de apoyo mutuo para salir adelante. Como ellos nos preguntamos, ¿fue suficiente razón para dar la espalda a un mundo articulado en torno a la convivencia vecinal y el apoyo recíproco? Realmente las tareas así lo exigían, pero nos resistimos a pensar que esta fuera su único motivo. Las gentes, sacando lo mejor de si mismas se juntaban para trabajar, festejar, ritos religiosos y paganos, como los compañeros extremeños expresan, “miembros de una generación que ha vivido a caballo entre dos mundos: el antiguo, que obligaba a sus miembros a batallar contra la permanente austeridad material pero que ofrecía un mundo social repleto de valores nobles y de gran humanidad; y el contemporáneo, que introdujo las posibilidades técnicas y económicas necesarias para escapar de la extrema necesidad, eso sí, a cambio de vender el alma de sus pueblos al dinero, el éxodo y la atomización de los sujetos.”
Y es que efectivamente el llamado bienestar se introdujo en sus vidas poniendo lo económico en el centro de la cuestión social,  mientras el ocio masificado, la mercantilización de todo y la homogeneización de las culturas, el lenguaje, etc., eclipsaban nuestras identidades, con todo lo que esto conlleva.
Así pues, el texto, como el documental, vienen a recoger toda una serie de usos comunales como eran los hilandares, el ir a lobos, el ir a concejo, muchos de los cuales nos recuerdan necesariamente a nuestras espanojás, nuestras dulas, nuestros toques de campanas…y otras que descubriréis en estos interesantes documentos.
El texto lo podéis encontrar en el Ateneo Libertario Octubre del 36, el documental en el siguiente enlace:


http://www.rtve.es/alacarta/videos/un-pais-en-la-mochila/pais-mochila-aliste/490061/

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