La Diputación y los ayuntamientos de Segorbe y Castellnovo
van a cementar mas de 12000 m² de huerta, lo que es lo mismo el árbol frutal pasarlo a
secaral, mediante el asfaltado la carretera CV-215
y CV-200 Segorbe- Aín donde además de hacerla más ancha nos van a
“obsequiar” con mas rotondas,
empotradas en tan solo 3500 metros. Maniobra del
Capital local para destrozar la huerta de la zona, o desmonte del territorio,
dando prioridad a la infraestructura de asfalto, desertizando el terreno y sin
tener en cuenta las nefastas consecuencias que tiene en accidentes y en
la atmósfera el CO2. En diciembre
del 2007 el ayuntamiento de Segorbe diseñó un plan de urbanismo que se
archivó y ahora pretende poco a poco llevarlo acabo, entre otros proyectos esta
la creación de un anillo en torno al núcleo urbano central de Segorbe.
Los voceros de la plutocracia
pretenden “vendernos la moto” con palabras
rimbombantes, tal que la mejora de infraestructuras es para nuestra
seguridad y que incentivara la zona con el turismo, una de las palancas
más queridas para continuar con el crecimiento que para ellos es ilimitado,
pero para el medio ambiente tiene un límite. Publicitan anuncios como “los vecinos de
la comarca podremos disfrutar de un nuevo vial que multiplicará las
oportunidades económicas y turísticas de la zona”. De sobra es
conocido que eso no es así, solo ver el perfil de personas en edad laboral en
los últimos cincuenta años ha ido en disminución. ¿Entonces que es lo que
buscan?
Otras de los destrozos que causan
estas obras faraónicas es la aniquilación de la vida en el campo y su producto
local. El desarrollo de zonas desertificadas mediante el cemento, con el
ejemplo en la CV-200 pasaran 12.000 m² a desierto, dejan
extensiones de naturales que nunca serán recuperadas y jamás van a darnos
materiales o productos de alimentación como ahora lo hacen. La asfaltización de
zonas urbanas es otra de las estrategias del capital con su plutocracia,
tratando de convencer con ello que el mundo rural queda mas cerca de la
urbanización industrial y las personas de la ciudad poder pasar un día cercano a la naturaleza. En este caso trataran
de hacer llegar a la Sierra Espadan las personas residentes de Valencia.
El desprestigio
del “agricultor” y la imposibilidad de la vida rural que está llevando a cabo
el capital es otra de las maniobras para la donación del agua del manantial de
la Esperanza a la envasadora de zumos. Convenciendo a las personas que la vida
asalariada es preferible a vivir de la agricultura. Estas acciones hacen
que algunas personas no rechacen ciertas actuaciones de la administración que
llevan al agotamiento del medio ambiente. Por citar un caso, la donación del
agua del manantial de la Esperanza a DAFSA es apoyado con buenos ojos por un
sector de la población.
Una persona que huye del asfalto
de la ciudad y busca un silencio en el campo busca los caminos de tierra y no
el alquitrán. ¿Mejora la estancia de un día en el campo una ampliación de las
carreteras con sus rotondas para una persona amante de la naturaleza?
¿Realmente esta infraestructura con el presupuesto utilizado supone una
mejora en la vida rural? El progreso solo busca ganancia rápida y a ser posible
que todo quede en sus arcas.
Alfonso Garcia
colaborador de El eco de Palancia
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1 comentario:
Pues nada, que lo arregle Podemos que para eso está en el Ayuntamiento.
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