lunes, 25 de abril de 2016

Agricultura, veneno y la marca estrella: Dafsa.

¿CÓMO ESTÁ LA AGRICULTURA EN NUESTRA COMARCA? La respuesta es mal. Llevamos algún tiempo escuchando hablar desde diferentes publicaciones y medios de la importancia de la alimentación. Sin ir más lejos, la charla organizada dentro de las Jornadas Eco Rurales del Alto Palancia el pasado sábado, cuya ponente fue la catedrática de la Universidad Politécnica de Valencia, Mª Dolores Raigón, versaba sobre ello. Y ahora diréis, ¿a qué viene tanto rollo?, ¿no nos preguntaba acerca de la agricultura? Pues sí, efectivamente, y es que no podría estar más relacionado. La agricultura, y en concreto la agricultura ecológica, es la base de la alimentación, de los que pretendemos  o aspiramos a comer medio bien, medio sano, plantándonos nuestros productos, llegando a un cierto grado de autosuficiencia que nos permita, principalmente, salir de la basura que ofrece el mercado, reproduciendo variedades locales, como las que plantaban nuestros abuelos, para tener garantizado el presente y quién sabe si no también el futuro…
Pues bien, mi interés por la agricultura se remonta tanto o más a cuando pensé y decidí que esto era importante, que, además del beneficio directo que me aportaba el ver crecer las plantas (beneficio que extrapolaba a múltiples aspectos de mi vida cotidiana), era una manera de entender la vida, su ritmo, de tomarse las cosas y, también, de salir aunque sea en una parcela de tu vida, del mundo de la mercancía y el trabajo asalariado, claro que aquí habrá quien pueda discernir…
¿Y a qué viene esto? Pues viene a que a día de hoy, en nuestra comarca, ni esto escapa de la contaminación que estamos sufriendo a causa de los fitosanitarios y las empresas que con sus tentáculos nos rodean. Como decía, desde el principio no encontré otra vía que no fuera la de la agroecología si tenía que cultivar algunos de mis alimentos, ya que para comprar basura industrial no tenía más que acercarme al supermercado, pero es que ahora me encuentro con que ni siquiera eso es posible en según qué condiciones y contextos.
Toda esta reflexión viene motivada por cuatro acciones fundamentales:

  1. La semana pasada me dispuse a pasar al terreno definitivo los planteles de algunas variedades tradicionales de tomate. Acabé de trabajar tarde, y entre llegar al bancal, preparar la tierra y plantar se me hizo un poco más tarde. Me encontraba ilusionado con la intención de culminar el acto mediante el correspondiente riego “con la hilá” cuando, para mi sorpresa, me acordé de que, al pasar de las 20h., no podía hacerlo. DAFSA estaba vertiendo sus aguas residuales y regar con ello significaría tirar al traste un trabajo de años en mi bancal. En condiciones normales hubiera podido regar sobradamente con “el salto” o excedente de la balsa, pero esto ya no volverá a ser así. La merma ocasionada en mi autonomía personal y la autogestión de mi vida se veía afectada por un atentado directo al medio ambiente, por un acto de terrorismo.
  2. El fin de semana pasado, un conocido me comentaba que la empresa DAFSA había realizado un vertido fuera del margen que tiene estipulado (de 20 a 8h.; cuando esto ocurría a las 17 h.), con tan mala suerte que quien en ese momento se hallaba regando su bancal recibió la gratificante invasión de sus aguas putrefactas. Ello me llevó a preguntarme que quizá el susodicho podía encontrarse en la misma situación que yo, o sea:
Que fuera un aficionado a la agricultura ecológica, que llevara años desinfectando la tierra de su bancal para librarlo del ataque de los pesticidas quién sabe si con miras a obtener un certificado en ecológico...
Que hubiera pasado, al igual que yo, parte del invierno preocupado por los planteles de variedades ecológicas que con tanto mimo y esmero había preparado para pasar al terreno definitivo y que ahora se veían contaminados de esta manera…
Que se las hubiera inventado, reorganizando su tiempo, para evitar que este veneno tocara su preciada tierra…
Que las medidas con las que contaba para defenderse de este claro ataque eran, al igual que las mías, nulas.

  1. Volvemos a mi bancal. Lunes 25 de abril. Me dispongo a plantar unas ensaladas cuando de repente aparece un tractor con varios operarios quienes, sin medidas de seguridad, se disponen a sulfatar con una cuba unos árboles de su colindante propiedad.
Cuando el otro día tuve que sulfatar con cobre mis olivos me preocupé de tapar con una lona las ensaladas y cebollas que, a unos metros de estos, tengo plantadas para mi autoconsumo. Lo hice con total conocimiento de causa a sabiendas de que la presencia del producto en ellos repercutiría directamente en mi salud para mal. Bien, pues estos personajes, manejando un potente aparato de fumigación, se iban a pasar por…todas mis medidas de seguridad dejando al amparo del aire el que una ráfaga pudiera tirar de nuevo al traste todas mis precauciones.
Ante ello me pregunto si medidas como exigir el carnet de manipulador de fitosanitarios para comprar “caldos” puede ser o no de utilidad si la persona encargada de administrarlo carece, ya no de conocimientos, si no de sentido común.

  1. Un amigo que se ha marchado a vivir al campo me comentaba sobre el problema que tiene a la hora de recoger agua de la acequia de día debido a las múltiples irregularidades que desde años venimos viendo: limpieza de cubas próximo a aguas superficiales, fumigación con herbicida de los márgenes e incluso interiores de las acequias…todo un panorama nada alentador.

Por todo esto es por lo que hoy estoy especialmente enfadado, desmoralizado, quemado con lo que me rodea, incapaz de escapar de ello. Por todo ello es por lo que convendría que reflexionáramos como comarca y colectivo sobre el tipo de agricultura que estamos haciendo, pero sobre todo y por encima de todo, sobre en manos de quien estamos hipotecando nuestro futuro.
Todos andamos muy ocupados y eso es verdad: ¿tanto como para dar la espalda a nuestro medio?. La agresión está ahí fuera, ¿a qué esperamos para reflexionar y actuar?

Thymus vulgaris.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas son las verdaderas noticias que nos interesan de la comarca y solo se pueden leer en el eco del palancia. De ahí la importancia de este blog. Ya es hora de retomar las acciones contra dafsa de unirnos y defender nuestros derechos naturales como vecinos.

Anónimo dijo...

Las granes empresas como Dafsa son causantes de atentados contra la salud publica pero como generan dinero y vivimos en una dictadura de los mercados... pues asi nos va. Quien vende marihuana ha quien decide fumarla y le pillan es acusado de atentar contra la salud publica, en cambio a todos estos que sulfatan y envenenan a todos no les pasa nada.

Anónimo dijo...

Buenas tardes. Osea DAFSA tira aguas residuales y nosotros se lo permitimos ? Deberíamos avisar ya a las autoridades (guardia civil y CHJ ) para que tomen cartas en el asunto. Un día subiré por donde vierten las aguas, tratare de localizar donde es ( aunque mas o menos lo sé) y haré fotos para constatar que es cierto. Que sin verguenzas son madre mía, según me dijeron tenían depuradora. La apagaran de noche para no gastar luz. Tendremos que unir fuerzas y exigir la limpieza de lo contaminado y que se vayan a su puta casa. Eso no esta nada bien. Somos de pueblo pero para nada tontos. Un saludo.