martes, 28 de junio de 2016

Drones en Segorbe.

Exhibición de drones en Segorbe como herramienta para la seguridadEl ayuntamiento segorbino no para de sorprendernos. Los días pasados fue exhibido un dron (avión no tripulado) en la explanada del Sector 1 de Segorbe, donde despegó y maniobró para dar una panorámica de la zona con la pretensión de estudiar el ayuntamiento de Segorbe su adquisición. La prensa local de Segorbe a los drones les llama herramienta de seguridad, y los apellida con frases pomposas como “mejorar la seguridad ciudadana” y “para la vigilancia de los campos y situaciones de emergencia” [1]. Con todos estos engaños solo quieren seguir enganchados al mundo del desarrollo y de las invasoras nuevas tecnologías que nada favorecen a nuestra libertad individual. A la vista de los resultados causados con los drones en la población, creo que se trata de una tecnología perniciosa, peligrosa, nada amigable de la vida  buena. 


El origen del dron, como en la mayoría de  nuevas tecnologías lo encontramos en el aparato militar. La industria capitalista se sirve de un departamento tecnológico para innovar, una infraestructura para la reproducción de elementos bélicos y de un frente de guerra para el uso y abuso de las armas. También se sirve de las estrategias comerciales, ya que cuando el arma ha sido utilizada en la guerra y se quiere continuar agrandando el negocio de las empresas militaristas, dicha arma es comercializa en el ámbito doméstico. Tal es el caso del dron, el aparato de guerra que lleva siendo utilizado durante varios años y en diferentes frentes de combates, con el que se han matado miles de personas. Ahora pretenden continuar comercializándolo como utilitario doméstico.
Exhibición de drones en Segorbe como herramienta para la seguridad
En un principio los drones fueron fabricados y diseñados para su utilización en las guerras. Son armas teledirigidas desde un lugar muy distante del foco de explosión. El soldado, piloto y cuarentón adolescente está protegido en una oficina, desde donde dirige con su joint stick y la pantalla del ordenador la trayectoria del dron, en cuyo interior alberga el explosivo destructor y lo conduce persiguiendo al supuesto enemigo. El piloto cuando tiene en el punto de mira, en el centro de la pantalla el objetivo aprieta el botón que dispara o como dijo el ex piloto de drones de la CIA: "Apuntas, disparas y matas. Eso es todo"[2]. 

Los drones exhibidos en Segorbe con fines domésticos para la vigilancia de campos son parte de la estrategia comercial capitalista y militar. Ya que el capital tiene construida una infraestructura militar en pleno funcionamiento (en España hay en funcionamiento más de 50 empresas [3]), el paso siguiente, es continuar el negocio de los artefactos militares para uso doméstico, agrícola o para envenenar los campos. El negocio no tiene fin. Los medios de comunicación, voceros del capital, lanzan las falsas promesas para convencer al pueblo “entre 2015 y 2025 el impacto llegará a 82.100 millones de dólares y se crearán más de 100.000 empleos” [4]. Otra vez la misma canción.

En nuestra zona la utilización de los drones seria para vigilar y controlar los incendios en los montes, pero el monte se incendia como consecuencia de su abandono y desidia de las políticas agrarias llevadas a cabo por los gobiernos de turno. El Campo ha mutado: Donde crece el pino, antes había olivo o algarrobo; donde hay tierra muerta y hiervas resecas por el veneno utilizado, antes había tierras fértiles; donde había una fuente natural, ahora hay agua no potable por el sulfato utilizado en el terreno lindante. Podemos continuar con un largo etcétera que provoca destrozos en el campo e incendios en el monte, y con todo esto no tenemos aún bastante, la gran industria continua de la mano de la administración haciéndonos creer que salvara el monte y la vida en la naturaleza, tratándonos de vendernos semejante maquinaria. Estas medidas son parecidas a las que ya se oyeron hace unos cuantos años, cuando diferentes ayuntamientos pensaban  instalar aspersores en el monte para evitar incendios, y torretas de dispersión de agua. La revolución tecnocientífica ha llegado hasta el monte.  Nosotros no queremos armatostes ni máquinas de matar que nos vigilen, ni de apaga fuegos. 

FUENTES:


El eco del Palancia: Alfonso G. Soler

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen articulo.

Anónimo dijo...

Sobre las tecnoligias y demas especies de zarrapastras.
Resulta que 109 premios Nobel acusan a Greenpeace, y al resto de organizaciones antitransgénicos, de “tergiversar los riesgos, beneficios e impactos” de los organismos modificados genéticamente y de “apoyar la destrucción criminal de cultivos de experimentación” ¡ QUE BIEN PREMIADOS! ¿Pero quien subencioa a greenpeace?
Y por otro lado El dueño de un Tesla, el coche con piloto automático y a pilas, primer muerto. Tesla, empresa ubicada en Silicon Valley
TODOS DE LA MANO POR EL BIEN DE NOSOTROS
amen dijo nuestro Dios! Y las aguas se abrieron.
¿Donde acaba esto?

Anónimo dijo...

La pasta y esfuerzo que ponen buscando agua en la Luna o Marte y no les da gana acabar con la contaminación y mercadeo del agua en La Tierra.Cinicos Hijosdemonja.
Y como no piensan dejar de guerrear pero si de pagar prótesis y ataúdes (a los suyos),pues drones y bombas que no falten.Cabrones Hijosdemonja.