miércoles, 18 de enero de 2017

La Máquina se para

                  
                  “No debes hablar mal de la Máquina”
                      Vashti.

Esta semana he estado leyendo una de las últimas publicaciones de nuestros amigos de Ediciones El salmón, La Máquina se para. Novela que ya podéis conseguir en el Ateneo fue escrita en 1909 por E. M. Forster y es considerada una de las mejores distopías tecnológicas que existen. Es sorprendente que en la época en la que fue escrita su autor pudiera imaginar lo que relata en el libro, que no es otra cosa que una sociedad hipertecnologizada en que las relaciones personales se dan solo mediante una máquina. Con múltiples similitudes con nuestra sociedad actual (muchos consideran que predijo Internet) esta corta novela trata sobre la relación entre una madre, fanática del sistema y de la máquina con un discurso progresista parecido al que podemos escuchar en la actualidad, y su hijo, que tiene unas inquietudes que le llevan a adoptar una actitud crítica con el sistema.

En un mundo mediatizado por la máquina, con la naturaleza devastada y un pasado olvidado, el sistema empieza a tener una serie de problemas que la población no llega a entender del todo debido a la segmentación de sus vidas. Con estas totalmente administradas por la máquina y dependientes de ella en grado sumo su paralización puede ser catastrófica. Con unos humanos que ya no se relacionan entre si y que la única función que les queda es ser “el equipo de mantenimiento”, fuera de la maquina no saben qué hacer y se aferran a ella con todas las consecuencias. Se comunican a través de una especie de Skype; lo obtienen todo a través de pulsar botones; sustituyen a Dios y al Estado por la máquina, es a ella a la que veneran; y su libro de instrucciones es un libro sagrado.

La novela me ha recordado a 1984 de Orwell debido a que Winston también se hace preguntas en torno a su pasado y cuestiona al sistema. También me ha recordado al capítulo "15 millones de méritos" de Black Mirror ya que las habitaciones y el lugar en donde viven pueden resultar muy similares a los de la novela. La novela tuvo cierto éxito y fue adaptada a la televisión como uno de los episodios de la serie de los años 60 Out of the unknown. 

Nunca me había interesado ni por las novelas ni por la ciencia ficción pero de un tiempo a esta parte estoy viendo todo el potencial que pueden tener para la formación de una conciencia crítica y me estoy aficionando a este tipo de lecturas. En el Ateneo Libertario "Octubre del 36" hace unos años ya se hizo una lectura en común de 1984 y en nuestra biblioteca colectiva estamos reuniendo bastantes novelas de ciencia ficción muy entretenidas que pueden generar cierto debate en el aspecto de hacia dónde nos está llevando la sociedad tecnologizada en la hoy vivimos. Además de La Máquina se para, libros como El salario del gigante de Jose Ardillo, las novelas de H.G.Wells, alguna de Jack London… pueden ser muy interesantes para ser conscientes de hacia dónde caminamos y dotarnos de una conciencia crítica sobre el desarrollo tecnológico que vemos todos los días pero del que no recibimos ninguna crítica.


¿Es que acaso no vemos las similitudes que puede tener nuestra sociedad actual con las características de la sociedad de la novela de Forster?; ¿acaso nuestras vidas no están administradas?; ¿acaso no nos comunicamos cada vez más a través de máquinas?; ¿No nos aferramos a un sistema que nos expulsa y seguimos creyendo en él a pesar todas sus nocividades?; ¿nuestros trabajos no se parecen cada vez más a los “equipos de mantenimiento” de la Máquina?; ¿acaso nuestras maneras de conocer gente no han variado a través de las nuevas aplicaciones de móviles?; ¿no podemos obtener lo que queramos en menos de 24 horas a través de un click?; ¿acaso nuestra Constitución no podríamos considerarla un libro sagrado y nuestro supuesto “Estado de derecho” algo a lo que veneramos?; ¿o es que no nos damos cuenta de que nuestra sociedad esta cimentada sobre lagos de petróleo que han hecho que los sucedáneos alimenticios que consumimos estén a distancias cada vez más largas?; y cuando todo esto se derrumbe y toda la sabiduría y cultura popular que ha hecho subsistir a la humanidad durante siglos ya no sea recordada ni en un museo, ¿que haremos?.

Lo que le dice Kuno a su madre es cada vez más nuestra realidad:
“-¿No te das cuenta […] de que nos estamos muriendo, y de que lo único que vive aquí es la Máquina? Creamos la Máquina para que actuase según nuestra voluntad, pero ya no somos capaces de hacer que la Máquina se someta a ella. Nos ha robado el sentido del espacio y el sentido del tacto, ha disuelto las relaciones humanas y ha reducido el amor a un mero acto carnal, ha paralizado nuestros cuerpos y nuestra voluntad y ahora nos conmina a adorarla. La Máquina se desarrolla pero no a nuestro servicio. La Máquina sigue funcionando, pero no según nuestras metas. Sólo existimos como las gotas de sangre que corren por sus venas y, si pudiera funcionar sin nosotros, nos dejaría morir”.


Santiago Fernández


1 comentario:

Anónimo dijo...

Estremecedor compañero Santi, me voy a animar a leerla.

PD. No soy un robot.