lunes, 7 de mayo de 2018

Sobre la destrucción de las aceras históricas en Segorbe.


Llevamos largo tiempo asistiendo la destrucción de las aceras y del suelo adoquinado de las calles José Gimeno Agius y San Vicente de Segorbe, tras unas obras que están consistiendo en la colocación de un material sucedáneo, una plancha de pavimento cementado e industrial. El único fin que se persigue es agilizar la circulación del coche en el entorno urbano, eliminando los obstáculos que le impiden circular con más fluidez. Vemos esta propuesta como una artimaña  para seguir colaborando con la industria del cemento y del automovil, que estos años atrás le dio grandes beneficios a empresas y ayuntamientos y que se han apoderado del espacio público. Muchos vecinos se preguntan, ¿tan mal están nuestras calles? La respuesta es obvia, puesto que una transformación de las calles de tal tamaño solo obedece a los intereses circulatorios y empresariales.








El afirmar que se urbaniza para el bien del coche lo intuimos al revisar la memoria del proyecto del ayuntamiento sobre las citadas calles, ya que en  la “justificación de la obra”  se cita que “se eliminarán las actuales aceras y se construirán otras de iguales dimensiones pero al mismo nivel que la calzada para que el tránsito de los peatones sea lo más cómodo posible” [1]. Más bien lo que se consigue es que las personas se encuentren desprotegidas al quitar la acera tradicional y el único beneficiado sea el coche que circula con más fluidez y sin obstáculos. Quitar el desnivel de la acera, es no entender la utilidad que se le dio durante mucho tiempo, puesto que no solo es dar paso al peatón para protegerlo, ya que se olvida la finalidad de proteger a las fachadas de las casas de los rasguños que le podían ocasionar los carros, al impedir que las ruedas éstos rascasen las paredes. Ahora los coches tocaran nuestra puerta al ser estacionados, invadiendo el espacio de todos, la calle, ya que ningún elemento físico se lo impedirá.

Rebuscando en nuestra historia dimos con unas fotografías antiguas de Segorbe publicadas en el libro "Así fuimos" [2] en las que nos muestran nuestras calles de tierra o de cantos redondeados. Unas obras colectivas que se realizaban por el propio vecindario, que conseguían los materiales utilizadas de su entorno más cercano. Al inicio, las calles eran de tierra y de cascotes que colocaban los vecinos para entrar a su domicilio, cuando llegaban las lluvias que deterioraban el suelo.  Es el camino de paso a su hogar y por lo tanto parte del mismo. De ahí viene el gusto de  enorgullecerse de tener la puerta de  casa “hermosa”,  embelleciéndolas con macetas y flores como todavía vemos en los cascos antiguos de nuestros pueblos.

Con el paso de los años, el suelo fue variando, la tierra y los cascotes fueron sustituyéndose por piedras más específicas, eligiendo cantos redondeados seleccionados y traídos de la rambla con las caballerizas o a hombros. Más tarde se construyeron las aceras, que consistían en una plataforma que no la destruiría las lluvias, y en donde encontramos un nuevo elemento, las piedras labradas, que sostenían el desnivel. Son piedras en donde aún se observa la intervención de la mano del hombre tras las marcas del cincel. La siguiente transformación fue la modificación del suelo mediante el adoquín. La calle adoquinada con sobre-nivel de la acera -reforzada por piedra labrada- es el suelo que tienen las calles de José Gimeno Agius y San Vicente y que el ayuntamiento está sustituyendo por cemento y de ahí la polémica suscitada.

Por lo tanto, hasta hoy,  ha habido un antes y un después en la confección de nuestras calles. Ahora ha llegado el momento de la intervención de la industria, ya que anteriormente, de una forma u otra ha sido la mano del hombre la que ha participado en la construcción de las calles de una manera popular:  los adoquines, los cantos redondeados, las piedras labradas y un largo sinfín de elementos artesanales, ahora quitados para implantar el cemento y el asfalto. Es un sustituto que carece de identidad y que borra de nuestro recuerdo cualquier adjetivo de halago al pueblo, pero que reporta grandes beneficios al capital y a la rueda del progreso.

El entorno está en continua transformación y movimiento, lo que provoca alteraciones físicas y sociales a los vecinos, por lo tanto, recuperar esas construcciones y trabajos populares en la confección de nuestro entorno se hace una tarea más que necesaria. En caso contrario, causa incomodidad y rechazo, tal es el caso de los proyectos realizados en las zonas del Sector 1 y del Sector del Molino de La Fraila, donde las  premisas de "acomodo" rápidamente se esfumaron. Ahora, tras el paso de los años, en estos sectores tenemos lugares con amplios rastrojos acorralados por sus calles cementadas y asfaltadas, donde la vida brilla por su ausencia. Algo parecido sucedió en la modificación de algunas calles, como es el paseo Raimundo y los balcones de la Glorieta del Botánico Pau, dónde los balcones marmolados y fuera de lugar, dejan una herencia difícil de comprender, para los que entendemos la glorieta como un lugar de descanso y reflexión ante el bullicio exterior. En la zona del paseo ocurre algo similar, ya que ha quedado un espacio árido y solitario, con un suelo pavimentado y tan mal construido que impide el crecimiento
 de los pocos árboles plantados.

En el momento que estos elementos son eliminados de su lugar histórico, es anulado también nuestro pasado, nuestras tradiciones y nuestra cultura, ya que es un ataque en toda regla contra el patrimonio y la historia del pueblo. Por eso nos resulta chocante la posición del Ayuntamiento que pretende salvaguardar toda imagen histórica al promocionar el pueblo, dando alabanzas al sistema tradicional de “mandas” basado en el reparto de aguas por los regantes del pueblo de Segorbe [3] y por  otro lado, lo poco que queda de tradicional o histórico como el adoquinado de las calles, lo están eliminado sin miramiento ni escrúpulos.

Dando un garbeo por los pueblos de la península, en todos los rincones donde encontramos un momento encanto o  de contemplación, estamos rodeados por el silencio y el aroma de las plantas que tenemos cerca. Las calles por las que paseamos que quedan  alejadas del automovil y sus crueldades, con su suelo empedrado y dibujado, nos guían arropándonos por las paredes de roca, de donde cuelgan macetas o balcones de forja y madera. Ese es el lugar que reclamamos para la cultura y la historia de nuestro pueblo.
 [2] Libro: Segorbe: "Así fuimos" de Rafael Simón Abad.

Alfonso Soler. Colaborador de El eco del Palancia.

5 comentarios:

Loli Vera dijo...

Pero la gravedad de estas intervenciones va mucho más allá de la nostalgia, de la pérdida de una identidad. La impermeabilización del suelo supone problemas de humedades en los edificios antiguos, ya que al no evaporar el agua por las calles, lo tiene q hacer por el interior de las casas. Y, en segundo lugar, la falta de visión a largo plazo casi resulta cómica. Si analizamos el espacio público que ocupan los vehiculos, en comparación con el que nos queda a los peatones, y sabiendo ya que al modelo del coche particular le quedan unos pocos años, como se puede apostar por este urbanismo tan arcaico, en una epoca donde la peatonalización de los centros históricos es algo ya de manual? La plantación de arboles decorativos en las calles también fue un error que ya en muchos municipios se está corrigiendo con Planes de arbolado. En que siglo vive esta comarca? Si fuera un resto arqueológico, lo fecharíamos en el s.XX, la época del despilfarro y del absurdo

Anónimo dijo...

Van a deshacer con nuestro permiso absolutamente todo.Sin ir mas lejos en Castellnovo habia un lavadero al lado de la glorieta y para hacer una calle lo taparon y en Segorbe la muralla carlista con el afan de hacer calles tmb fue eliminada. Estos son ejemplos del urbanismo y la epoca en la que vivimos.

Anónimo dijo...

Gracias por los aportes a Loli y al Anonimo castellnovero. Esta claro que donde hay empresa y dinero para gastar, entra el cazo de la administracion y sus zarpas.
Solo decir que las humedades en las casas del casco antiguo esta invisibilizada porque ya nadie las habita, aunque en algunas viven, son personas mayores que solo quiere vivir con tranquilidad y no quieren singun sofocon. El dilema es no poder solucionar la humedad de la casa, que a pesar de revisarlo y parchearlo por arbaniles y arquitectos no desaparece que parece que no quieran verlo y problema persiste . Nadie ve con buenos ojos vivir en una vivienda sin ascensor, solo quieren en la modernidad y en la moda, es decir un piso en una colmena y cerca del gimnasio. En el caso que el casco antiguo estuviera repleto de personal solo la incomodez de soportar esta obras crearia cierta crispacion o si solo una calle estubiera embellezada podria dar ejemplo al resto pero lamentablemento no es asi.
Sobre lo de Castellnovo no sabia nada pero eso con un articulo nos lo puedes dar a conocer. Seguramente como denuncio Cecilio en el anterior articulo sobre el turismo de crucero, el ayuntamiento de castellnou le dara por desenterar el lavadero para los turis y nos lo vendera como la restauracion del patrimonio, como en Segorbe se hizo con "las mandas"
Alfonso..

Ricardo dijo...

Antes de publicar un articulo como este, lo normal seria documentarse un poco.
Imagino que no te habrás dirigido al ayuntamiento o al arquitecto o arquitecta responsable del proyecto.
En ésta y otras actuaciones la premisa del Ayuntamiento ha sido siempre conservar, en la medida de lo posible, el adoquinado existente.
En la actuacion que se esta llevando a cabo en la calle Gimeno Agius se ha retirado el adoquin existente para reparar la subbase y volverlo a colocar. Lo de la plancha cementosa queda muy prosaico, pero en realidad es la solera q sirve de base al adoquin.
Al mismo tiempo se aprovecha para ampliar las aceras, que seran muy bonitas pero no cumplen con la orden valenciana de accesibilidad, y son totalmente impracticables. Se eliminan los bordillos, dejando toda la calzada a nivel, precisamente para reforzar el caracter peatonal del vial. Ah!,también se suprimen algunas plazas de aparcamiento.
Crear aceras más anchas y accesibles, eliminar barreras arquitectonicas como los bordillos, y restringir las zonas de paso y aparcamientos de vehículos no es precisamente "sucumbir a las presiones de la industria del automovil". Más bien al contrario, se trata de hacer ciudades más amables y accesibles para los peatones

Anónimo dijo...

- Gracias por leer el escrito y apuntale alguna critica. Tratare de ser breve.
Para tratar de contestarte creo que debe de revisar las imagenes que aparecen sobre Segorbe en dos libros: Uno "Segorbe: así fuimos" donde tenemos fotos del pasado y en el "Rehabilitación del patrimonio histórico y urbano del casco antiguo de Segorbe 1999-2004" donde vemos la actualidad tras el paso de la maquina. ¿Me quieres decir que los suelos estan ahora mejor que antes y que se han recolocados los adoquines que ha quitado de otras calles, como lo hacen ahora de la calle San Vicente?.

Por otro lado, mas que ir a la casa Grande ve tú como hice yo, a la calle San Vicente y pregunta al vecindario a ver si se les a pedido opinión para cambiar sus calles . Seguramente lo que cuentan te sorprenderá, igual que si van los legisladores de la Generalitat. Luego te subes a la calle larga y veras lo mal que se arregló toda la calle cuando instalaran la modernez de gas "natural".
Las aceras han desaparecido, ya no impiden retener la velocidad del coche. Cuando todo termine la obra (2 meses segun el proyecto) veresmos a que velocidad pasan los autos. Es más, el tiempo nos dira si el suelo es el idoneo.
Embellecer una calle no se hace con cemento y dando paso a los coches, se hace colocando macetas y arreglando las fachadas de la propia calle y si se puede tomar la fresca en tu puerta con los vecinos, es como tu dices "se trata de hacer ciudades más amables y accesibles para los peatones"

- Alfonso