
Una vez terminado el procedimiento de toxicidad ambiental, llamado la plaga contra el mosquito [1], que ha aplicado las instituciones de la Comunidad Valenciana, podemos confirmar que ha sido totalmente inútil para los vecinos y para el planeta, pero muy acertado para las empresas que lo han llevado a cabo y para sus gestores políticos. También, nos demuestra el nulo respeto que tienen los técnicos y sus centros de experimentación sobre la naturaleza, ya que no ven otra alternativa que continuar aplicando contaminante al medio terrestre e hídrico.
Todas las instituciones
firmantes del procedimiento toxico han sido unánimes en ejecutarlo y no han
dudado un ápice como en anteriores años, en aplicarlo, a pesar de ver
continuamente en sus medios de comunicación los problemas ambientales que
enfrenta el planeta, ocasionados por el alto índice de toxico echado a su
suelo. Además, apuntar que el producto utilizado en la plaga del mosquito es
uno de los más dañinos, al respecto.
Así tenemos de la
Diputación de Castellón, la institución portadora del montante económico para
el plan. Es el organismo que inició la campaña, con frases tan enfermizas como
que “… se intentará mitigar la población
de mosquitos en aquellas áreas de marjaleria, entornos fluviales y zonas periurbanas
y rurales de los municipios” [2], es
decir, derramar directamente el veneno al agua y a las poblaciones del entorno
del mundo rural. Ya no necesitan esconder la realidad tal como se realizó.
Otras instituciones que
intervinieron fueron las conserjerías de Agricultura, Desarrollo Rural,
Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana todas
envueltas en las etiquetas del “eco”, “la sostenibilidad”, “el rural” son
justamente conceptos que expresan lo contrario de lo referido en sus
definiciones, al aplicar protocolos que infectar el territorio [3]. Procedimiento
que no tienen nada de sostenible, ni de rural, ni de ecología, es decir que no
tienen ningún respeto al medio natural.
Continuando con el
tinglado del tóxico institucional, fue el consentimiento que dieron los
ayuntamientos de la provincia para aplicarlo en sus pueblos, ya que son las
entidades que tienen la potestad legal sobre dichos espacios. Todas ellas están
formadas por sujetos alineados a sus partidos políticos, lo que decide el líder
lo acatan el resto; y sujetos amorfos que no se plantean ni siquiera las
consecuencias que tienen sus decisiones sobre el término que gestionan. Hoy por
hoy, son personas que creen que el futuro de la España Vaciada está el turismo,
y lo ven como única y absoluta solución. Por eso miman al turista consumista,
aislándolo de la picadura del insecto con el veneno que rocían sobre en entrono
espacial que circula, su pueblo, es decir el consistorio prima la economía
frente a la alta contaminación.
En el lado empresarial,
tenemos el matrimonio entre la administración y la empresa concesionaria del
químico y de la infraestructura contratada para el protocolo, ambos mutuamente
se apoyan para mantenerse en el pulpito del poder y continuar asignándose cada
año el protocolo químico, que para ellos, es solo una gran suma capital
trasvasado del Estado a la empresa privada. Una foto que manifiesta está unión
y de la que no tienen ningún pudor en sacar en sus medios, fue en la entrega
del premio Insignia de Plata, ofrecido por la Sociedad Española de Sanidad
Ambiental (una delegación del ministerio de Salud y agricultura) a los
Laboratorios Lokímica por su labor “La salud ambiental ante el cambio
climático” [4].
Prolongándonos en otras
asociaciones como la de ornitólogos, que denuncian la reducción del número de
aves causado por la contaminación ambiental, sin más argumento, pero no
terminan de apuntar quienes son los verdaderos culpables de esta contaminación.
Similar posición nos manifiestan, las asociaciones del agro y de la ganadería,
las cuales, forzaron al principio la puesta en marcha del tratamiento del
químico, argumentando que reducirá la cosecha de frutos y aumentará el coste de
producción, ahora de nuevo vuelven a protestar por la ineficacia del
procedimiento toxico, parece ser que no tienen nada claro ante la plaga de
mosquitos, a pesar del asesoramiento de sus técnicos. También estas
instituciones del agro olvidan acusar al verdadero culpable de esta plaga y
otras tantas plagas que tiene el campo; igualmente los malos rumbos que está
tomando el sector del agro y de la ganadería en su mercado de producción
económica.
Terminar con la
sorprendente desfachatez del Ayuntamiento de Valencia al culpabilizar a sus
vecinos por la alta tasa de mosquito tigre en la ciudad, por tener agua
estancada en sus macetas. El consistorio tiene en fase inicial de legislación
una ordenanza para denunciar a las personas que no se atengan a la citada ley [5].
Hemos tratado de reflejar
una imagen, sobre el modo de actuar de las instituciones y asociaciones
burócratas en el entorno natural, donde también incluimos a un amplio espectro
de la rama de la ciencia y del pensamiento universitario, son todos los
asalariados del Estado y amantes de lo económico frente a lo social y natural;
todos han coincidido en reducir la plaga de mosquitos, matándolos eficazmente, es decir vertiendo veneno
al suelo y culpabilizando a la ciudadanía. Ante tal despropósito y una mínima reflexión
vemos que las instituciones gobiernan para sus entramados políticos favoreciendo
a sus empresas y partidos políticos; y despreciando a las personas y la
biodiversidad.
[1].-https://www.dipcas.es/es/actualidad/la-diputaci-n-adjudica-el-tratamiento-contra-los-mosquitos-de-la-zona-norte-de-la-provincia https://www.youtube.com/watch?v=OfOrB_t7ziY
Alfonso Soler colaborador de El Eco del Palancia
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