domingo, 25 de noviembre de 2012

Es tiempo de olivas.

Es característico de nuestro paisaje Palantino ver a las gentes estos días por los montes y huertas plegando olivas, después de todo un año de preparación (podas, tratamientos…) que comienzan ahora a dar su fruto. El grado de mecanización ha variado con los años, como todo, pero al margen de este y otros factores distintos a lo que fue tal actividad antaño, todo el mundo podrá reconocer sin saberlo la época en la que estamos al pasar por una almácera y respirar el aroma del aceite. Sin embargo nos interesa descubrir cómo era ese proceso tan rudimentario que podríamos ampliar desde el momento de labrar los campos, antes realizado con el macho, hasta la elaboración final del aceite, pasando por como digo la cogida, en la que aparte de las ya habituales máquinas todavía se sigue vareando.

Para empezar, el número de almáceras en los pueblos era muy numeroso si lo comparamos con el actual, existiendo muchas de carácter familiar y otras cooperativas. Estas se abrían al poco de comenzar la campaña y por turnos se prensaban. En primer lugar las olivas se molían con el ruejo, piedra troncocónica de alrededor de unos 2000 kilos de piedra dura, como por ejemplo rodeno, el cual descansaba sobre la base circular del molino o suela. Es habitual verlos hoy decorando por ejemplo parques. El ruejo estaba unido a la caballería que lo hacía girar y al eje central que sostenía la tolva o urensa. Las olivas se iban vertiendo a través de esta última y caían por medio de la manga sobre la suela mientras el ruejo las molía.

Una vez hechas una pasta pasaban a la prensa de husillo, de madera o hierro, colocándose entre los espartines, que al bajar la prensa y presionarlos destilaba el aceite, cayendo este a través de las cequias a la balsa o tinaco. 



Después de reposar un par de días se llevaba a casa, normalmente en decalitros y se ponía en jarras. Conforme se iba sacando el aceite el poso restante se utilizaba para hacer jabón, y el piñol, los huesos machacados de la molienda, para hacer carbón, o dar de comer a los cerdos junto a patatas cocidas (patatas con piñol o patatas del puerco). Esto en ocasiones también fue así para las personas siendo recurrentes almuerzos de este tipo, ya que las patatas absorben el aceite que todavía queda y son muy sabrosas.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con ya unas semanas de campaña de recogida ,merece la pena visitar la almacera de altura(frente el estanco)y observar como se obtiene tan preciado jugo,de manera todavia muy tradicional sin procesos de refinado y de una calidad realmente excelente, como todos los caldos de nuestras dos sierras. saludos!!

Anónimo dijo...

Hola companys, ací vos deixem un vídeo de com a Turballos seguim fent oli a la manera tradicional:

http://www.youtube.com/watch?v=vDDCCQsaX2w

Bona collita!