lunes, 7 de octubre de 2013

Algunos apuntes más sobre el urbanismo en Viver y en la comarca en general.


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Es necesario caminar hacia otro modelo de sociedad y por supuesto hacia otro modelo territorial, con el fin de poder hacer frente desde ya a la degradación social y en ascenso; y al camino hacia el caos y la barbarie que se esta gestando y para ello habrá que parar como sea la lengua de lava urbanizadora.”
                                               (Ramón Fernández Durán. El tsunami urbanizador español y mundial)
                Buen otoño a todos. Ahora que las fiestas de los pueblos acaban y vuelve el frio es hora de volver al debate en torno al PGOU de Viver. Podríamos haber titulado este artículo como el tercero de los dos sobre el nuevo plan urbanístico de Viver ya publicados pero como se repetirán ideas ya abarcadas, pero ahora desde otros prismas, y los artículos no siguen un orden coherente de ideas hemos decidido no seguir enumerándolos.
Entre los años 1950-1981 los municipios de menos de 2.000 habitantes vieron partir en torno a unos 4´8 millones de sus vecinos. Esta masa de millones de personas se dirigió sobre todo a las grandes ciudades y áreas industrializadas quedando la mayor parte del territorio (en torno a un 80%) de la Península Ibérica despoblado.  Abandonaron las tierras donde sus antepasados se habían mantenido arraigados durante generaciones rompiendo con el estilo de vida rural naciendo el sujeto postmoderno de la actualidad, el individuo sin raíces que solo se esfuerza en su trabajo asalariado, que ocupa su tiempo de ocio entre el coche y su sofá delante de la pantalla y que solo se indigna cuando le recortan servicios. Al ser abandonado el territorio y por tanto su estilo de vida fueron abandonados infinidad de saberes populares, especies autóctonas de semillas y de animales con el perjuicio que esto puede provocar para la soberanía alimentaria del futuro. Dejaron un modo de vida sostenible para contribuir al modelo de vida insostenible de la actualidad.
Con este abandono del medio rural el capital se apoderó casi por completo de la rama de la construcción de viviendas, comenzando el proceso de construcción de viviendas de mala calidad que conocemos en la actualidad. Nuestros antepasados tuvieron mucho que ver en la construcción de sus casas, ya que estas eran hechas entre los vecinos siendo activos, creativos y soberanos en la arquitectura local en la medida que ello era hacedero. Las casas y el urbanismo rural muestran la relación de los pueblos con su medio natural. En Viver, por ejemplo, podemos ver aun las poleas en lo alto de las fachadas para subir al porche las almendras y dejarlas secar, anillas en las puertas de las casas para atar el caballo, corrales en las plantas bajas, fuentes por todas partes, lavaderos, abrevaderos para caballos…etc. al igual que en otros municipios encontramos elementos que muestran la relación con el medio. Un ejemplo de la libertad que tenia el pueblo para decidir y contribuir colectivamente en lo publico son la cantidad de cubos para vino que había en la calle, construidos por estos con unos materiales de gran calidad y de uso compartido.
Lo que en la actualidad podemos ver son imitaciones de las ciudades, antagonismos con el medio, no-lugares, no hay espacios para la convivencialidad. El medio esta degradado porque ya no le prestamos atención y lo degradamos con la excusa del progreso[1], algo que puede resultarnos muy caro en un futuro. La arquitectura de la actualidad es fea, sin seguir tradiciones y sin tener en cuenta nada. Las casas de hoy ya no son ornamentos de la naturaleza sino desfiguraciones de ella, son todas iguales en todas partes. Puedes optar por hacerte un chalet si tu nivel adquisitivo es el adecuado diseñado por un arquitecto, comprarte un adosado que es exactamente igual a los otros veinte que tienes alrededor o puedes comprarte un piso en un edificio colmena. Ninguno de los tres estará en consonancia con el territorio; los materiales serán de mala calidad; su orientación con respecto a las horas del sol no serán las adecuadas; tu libertad, tu poder de decisión y tu creatividad serán nulas porque será un producto comprado de una producción en cadena como todo lo que hoy se produce y todos estarán hechos para seguir el estilo de vida urbano, nunca el rural que es el símbolo del atraso y el que hay que erradicar.
 Cada forma de urbanismo importada de la ciudad (tanto piso, como chalet, como adosado) es una agresión hacia el modo de vida rural. El medio de vida urbano, no convivencial, consumista y no democrático se ha ido imponiendo poco a poco en nuestros pueblos. Cada vez más nos hemos ido separando de nuestro medio natural y el modo de vida de la gente del pueblo se ha visto siempre como de una “España” de otra época y todos nos hemos tenido que arrodillar a la nueva era del Progreso.
Pero lo principal no es una cuestión estética o de utilidad urbanística (que sigue siendo de suma importancia) sino de supervivencia humana y de nuestro medio natural. Al no depender ya de nuestro medio rural dependeremos de otros produciéndose una terciarización de la economía del país acorde con la evolución del capitalismo, los centros de producción de alimentos ya no serán nuestro entorno más cercano sino que cada día estarán más lejos. Serán países “subdesarrollados” los que tendrán que producir esos alimentos y nosotros podremos al fin librarnos de ese estilo de vida tan “atrasado” que a través de un adoctrinamiento brutal nos han hecho odiar. Al igual que las ciudades han podido existir gracias a los pueblos expoliados que las rodeaban, ahora los países “desarrollados” existen gracias a los países “subdesarrollados” a los que explotan.
El actual sistema solo puede llevarnos a la destrucción. Las estimaciones sobre el, cada vez más próximo, fin del petróleo barato va a ser el talón de Aquiles del actual sistema productivo y territorial y las autoridades siguen mirando hacia otro lado. Del petróleo barato depende la agricultura industrial y el transporte de los alimentos que cada vez vienen de más lejos. Amplios sectores de la población se verán incapaces de cubrir sus necesidades básicas  vía mercado, como los habitantes de las grandes ciudades que al haber destruido su medio natural para autoabastecerse sufrirán hambrunas, por lo tanto es necesario un cambio de mentalidad y una movilización social en contra de los planes destructivos del capitalismo en el plano local, en este caso el nuevo PGOU del Ayuntamiento de Viver que quiere destruir el cÍrculo verde que nos rodea y que nuestros antepasados se preocuparon de mantenerlo fértil. Por ello, nos declaramos totalmente en contra del nuevo PGOU y animamos a la población a que muestre su opinión con los medios que considere oportuno.
Para acabar citaremos unas palabras de Ramón Fernández Durán:
“Será también necesario ir eliminando infraestructuras de transporte, pues la naturaleza y el transporte masivo son enemigos. Sanear y reconstruir asimismo los sistemas ambientales y territoriales devastados, creando una nueva geografía. Regenerar en la medida de lo posible, el inmenso espacio de no-lugares que se han creado en los crecimientos metropolitanos, periféricos, al tiempo que recuperamos para la habitalidad el interior de las ciudades. Reconectar nuestras formas de conocimiento y cultura con el territorio, al tiempo que volvemos a recrear estructuras comunitarias. Y sobre todo  rescatar el importante patrimonio agrícola construido durante generaciones  en torno a los asentamientos humanos que se está tirando literalmente por la borda. Todas las sociedades antes del capitalismo fueron sociedades campesinas, y las que sobrevivan también lo serán, aunque no sean iguales a las del pasado. No podrán serlo. Pero, eso sí, de ellas habrá mucho que aprender.”
                                                                                                                        Santiago Fernández.



[1]  El caso de Ragudo es lamentable, se ha convertido en algo horrible, un lugar donde su destrucción nos debería de indignar a todos. Allá donde mires en Ragudo ya no ves naturaleza, no hay belleza sino símbolos de destrucción como la autovía, el aeropuerto, los molinos…etc. Ragudo es el basurero de Viver, el gobierno del Partido Popular de Viver ya quiso hacer allí una cárcel y no sabemos todavía las increíbles ideas que puede tener el actual ayuntamiento socialista pero nos podemos hacer una idea viendo la línea que se ha seguido todos estos años.











4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen artículo. Santi. Desgraciadamente, el Viver que comentas no es más que el espejo del resto de la comarca.

Anónimo dijo...

Si, todo lo dicho es extrapolable a todos los pueblos. Hay algunos peores que otros pero no es cuestion de hacer una ranking. Incluso los pueblos como Jerica que han cuidado su nucleo medieval convirtiendose en uno de los pueblos más bonitos de la comarca han destrozado sus alrrededores con las nuevas construcciones al igual que otros pueblos de fuera de la comarca y de un nucleo fuerte medieval como Rubielos de Mora. Nadie escapa a la fealdad del adosado/piso/Chalet.

Valeriano Perfecto dijo...

Como bien apuntas mi querido Santi, el actual estado de desarrollo del capitalismo ha sido posible tras el uso de combustibles fósiles. Sin embargo este modelo tiene los días contados. Y en caso de que se pudiera mantener durante unas décadas más, el nivel de competencia de países emergentes haría igualmente palidecer nuestro actual sistema de vida. Mientras los delicuentes que nos gobiernan sigan empecinados en mantener este camino suicida y homicida, y no acierten a ver más halla de su embriaguez materialista, nuestro entorno más cercano estará abocado al colapso. Hasta un ciego podría ver que en este escenario que se avecina la soberanía alimentaria y por ende económica cobra vital importancia, pero esta cuestión queda lejos del debate social. Por ello apoyo tus reflexiones.

Santiago Fernandez dijo...

Muchas Gracias Valeriano, ahora que el debate social es nulo y que parece que el colapso esta cada vez más cerca es hora de poner sobre la mesa el modo de afrontar la destruccion que nuestros ayuntamientos siguen promoviendo.