Sabemos que durante días los
terremotos en la costa valenciana han sido uno de los sucesos más mediáticos y
que más alboroto han causado en la opinión pública. El sábado un movimiento
sísmico sacudió Mora de Rubielos. Quizá ahora nos demos cuenta de que el
peligro también lo podemos tener encima y que el ratio de riesgo se amplía
descontroladamente.
Como
comentábamos, en la mañana del sábado se ha producido un movimiento sísmico de
magnitud 1,9 en la escala Richter en la provincia de Teruel, con epicentro
situado al noroeste de Mora de Rubielos y a una profundidad de un kilómetro.
Como vemos el problema ya no es sólo de la gente que vive en Vinaroz y
alrededores, el problema es colectivo y deberíamos ofrecer una resistencia colectiva
a tales acontecimientos. Hace tiempo que diferentes voces llevábamos ofreciendo
una crítica demoledora de todo lo que tenía que ver con proyectos de este tipo (almacenes
de co2, almacenes de gas, “fracking”…) y aunque realmente estamos empezando a
tomar un mínimo de conciencia, esta no logra ser suficiente para
que se transforme en una respuesta colectiva sin paliativos contra métodos
similares. En nuestra comarca se planteó la posibilidad de instalar un "Almacenamiento geológico de co2, lo cual no se diferencia en exceso de los “almacenes
de gas” que tan en boca están en la
opinión pública. En estos momentos parece ser que el proyecto no sigue para adelante por su alto coste económico. Pero si queremos dejar de ir a remolque de los mandatos de los políticos la solidaridad y el esfuerzo por crear una oposición clara a
los proyectos se convierte hoy en indispensable, y más ahora que tenemos el
problema en nuestro “jardín”, es el momento de la unión de los vecinos para paralizar
estos proyectos que pretenden forzar la transformación enérgica de nuestro
territorio.
Muchas
veces no sabemos por dónde empezar, pero es necesario comenzar a difundir en contra
de estos grandes proyectos, de realizar acciones de todos los tipos para
destapar las agresiones que estamos recibiendo como pueblos. Todos los
proyectos que están planteando pertenecen a una estrategia más amplia que pone
en el punto de mira la “cuestión energética” y donde el sistema capitalista ha
optado de manera desenfrenda en resolverla con la “salida hacia adelante”. Da igual
cuales sean los daños medioambientales o la destrucción que puedan suponer los
proyectos, ya que el Estado se encuentra en una encrucijada mayor, como es la de
la dificultad de obtener diferentes fuentes de energía de manera continuada y
en grandes cantidades, cualidades necesarias que necesita el “desarrollismo”
para seguir su camino de progreso sin límites, para que nuestro consumo
energético no pueda tener pausas inesperadas.
Hoy
ha sido en Mora de Rubielos, como sabemos también el Penyagolosa es uno de los
objetivos futuros para la extracción de hidrocarburos. Quizá estos últimos
acontecimientos sirvan para ver el peligro que realmente esconden estas prácticas,
amparadas por estudios de impacto medioambiental falseados y manipulados con el
amparo del poder político y bajo el apoyo económico de grandes multinacionales.
El único obstáculo que pueden encontrarse depende de que nos organicemos, como
pueblos, de que digamos basta y de que profundicemos por qué está sucediendo
todo esto, aunque ello nos lleve a darnos cuenta de que nuestro “modo de vida”
actual es gran parte del problema.
También debería ayudarnos para que repensemos que tipo de sociedad queremos y podemos vivir, porque el capital se
encuentra en una callejón sin salida, cada momento que pasa se va a poner más
en evidencia que los intereses de seguir
caminado sin límites están por encima que lo que pueda ocurrir con nuestras vidas.
Ellos han elegido un camino ahora deberíamos decidir el nuestro…
Miguel Rivas -Colaborador del Eco del Palancia
Miguel Rivas -Colaborador del Eco del Palancia
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