Una nueva vuelta de tuerca en la mercantilización de la Sierra Espadán.

Obras de un campo de tiro en plena sierra.

El Consell está preparando un plan para eliminar la protección de 70.000 hectareas de la Sierra Espadán. Si tenemos en cuenta que la protección actual es de 102.000 hectareas, podremos hacernos una idea de lo que pretende la consellería, incrementar el negocio en la zona de influencia directa de la Sierra, para beneficiar al sacrosanto turismo y poder aumentar la oferta de acitividades para explotar economicamente la Sierra.

Para ello es necesario un cambio en la Ley de Espaciós Naturales, lo que parece que ya está en marcha tras una maniobra política realizada estas navidades.

Ya es sabido nuestra postura crítica con respecto a los parques naturales y sitios protegidos, en sí nos parece una aberración que tan solo unos cuantos parajes, bellisimos sin duda, se protejan, mientras el resto del territorio se desconfigura y urbaniza agresivamente (poligonos industriales,autovías, megaproyectos de energías renovables ....), como si no formaran parte del conjunto vital de nuestra zona de influencia, el Alto Palancia. Por la tanto no vamos a participar en el debate muerto "proteger o desproteger", ya que ninguna de las dos opciones nos parece coherente y ambas forman parte de un mismo mecanismo de la dominación, la ordenación territorial.

Una vez dicho esto, vamos a entrar en una cuestión de sobredimensión mayor todavía, es la supervivencia de un espacio más o menos virgen como es la Sierra Espadán, y debe ser significativo que no he incluido el adjetivo de "parque". Las medidas preparadas por la consellería se llevaron a cabo estas navidades de una manera bastante oscura, en un intento de dar otra vuelta de tuerca a la ordenación territorial para facilitar la apertura de  diferentes negocios y quien sabe qué más... Hace poco se intentó abrir un campo de tiro en pleno corazón de la sierra, la prensa se hizo eco y ha sido objeto de controversia politica en las últimas semanas, quizá este haya sido uno de los primeros experimentos de este nuevo proceso de revalorización económica.

Realmente lo que pretenden es reducir las zonas llamadas de "amortiguación de impactos" que sirven de barrera para defender a la sierra, y así se daría via libre a determinados negocios ahora prohibidos, para poder desarrollar una mejor explotación económica de la zona de influencia que la componen 40 pueblos.

Además los pueblos directamente interelacionados con la Sierra (Azuébar, Chóvar, Aín, Alcudia de Veo, Almedíjar, Algímia de Almonacid, Alfondeguilla, Artana, Ayódar, Eslida, Vall d´Almonacid y Villamalur...) también verán reducida su protección.

Como ya comentaba al pricipio del artículo, lejos de erigirnos como los defensores de la protección paisagistica legalmente organizada, nos mostramos como vecinos que defendemos el territorio, de ahí que defendamos espacios naturales que deben estar en consonancia con nuestros pueblos. El territorio no se defiende con leyes de protección ni nada por el estilo, porque son esas leyes y esos proyectos los que lo han fragmentado y desconfigurado, en unos casos bajo el pretexto del desarrollismo más voraz, y en otros bajo el manto de "desarrollo sostenible". Este último ha pervertido la vida tradicional, la ha exterminado. Ahora ya no puede ser vista como un modelo de vida digno, racional, humano, sino como vestigio museístico, o lo que es lo mismo, lo que han hecho es someter  la vida rural a la revalorización capitalista. Lo rural deviene en mercancia. Por lo tanto el territorio se defiende paralizando estos planes, desurbanizando y a la vez recuperando en su lugar aspectos vivenciales que se están perdiendo y que nos conducirían a una vida más racional. Mientras tanto el territorio seguirá siendo mercancia.

Miguel Rivas