lunes, 1 de septiembre de 2014

¿Existe un turismo que no sea masivo y depredador?


"La pretensión de avanzar hacia un mundo social y ecologicamente más equilibrado y estable sin cuestionar las actuales tendencias expansivas de los activos financieros, los agregados monetarios y la mercantilización de la vida en general es algo tan ingenuo que roza la estupidez"
Naredo, J.M., "Raices economicas del deterioro ecologico y social. Más allá de los dogmas"

Rescatamos un articulo aparecido este verano en el Periódico Diagonal sobre la insostenibilidad del turismo. Nos ha parecido interesante este articulo para poder iniciar un debate critico sobre el turismo rural de la comarca. Aunque el articulo es bastante breve nos introduce adecuadamente en el tema. En los sectores más críticos de la sociedad palantina se echa de menos una postura más radical en cuanto al turismo se refiere. Hoy, el turismo rural de la comarca esta bien visto por la gran mayoría de la población sea cual sea su ideología política. Incluso personas que dicen ser ecologistas están articulando un discurso de salida de la crisis gracias al desarrollo del turismo rural. Parece que la palabra rural agregada a turismo ya lleve junto a ella ecológico y sostenible. Parece que este turismo rural nos va a permitir ganarnos la vida a todos de una manera medioambientalmente sostenible. En el imaginario colectivo esta la falsa idea de que todo aquello que no es industria es sostenible y mucho más si es turismo rural de disfrute de la naturaleza. Solo hace falta ir a una asamblea de "Podemos" en el Alto Palancia para observar como siempre suele surgir el debate de como potenciar este tipo de turismo como si fuera parte de la solución de muchos de nuestros males. El turismo rural es el mismo que el que potencia el PP, el PSOE, IU...etc y es el mismo que llevan años haciendo a través de sus proyectos urbanísticos, sus cotos de caza, la internacionalización de las fiestas, sus parques naturales, sus zonas azules, sus campings...etc y todas las barbaridades que nos quedan por ver. El turismo al igual que la industria llega a los territorios para explotarlos, para exprimirlos sin control, para desestabilizar las formas de vida tradicionales de los territorios en los que se asienta y cuando ya lo tiene todo sobreexplotado se marcha. No nos engañemos, el turismo sea cual sea su adjetivo es perjudicial para el medio ambiente y  para la vida.         

Santiago fernandez

¿Existe un turismo que no sea masivo y depredador?
Ya de lleno en la temporada alta de verano, analizamos el fenómeno del turismo, una de las industrias más importantes del país.


Resulta obvio decir que una de las principales industrias en una ciudad como Barce­lona es la turís­tica, algo que resulta exten­sible a todo el Esta­do. Para hacernos una idea de la importancia de este sector, cabe destacar como, en la pre­sentación de Guanyem Bar­celo­na del pasado día 27 de junio, se hacía referencia a que el modelo de turismo por el que se apostaba desde esta nueva iniciativa sería un turismo opuesto al modelo actual, definido como “masivo y depredador”. He­mos recopilado varias informaciones para intentar saber qué hay de real en eso que se define como turismo sostenible.

El concepto de turismo sostenible está estrechamente vinculado al de desarrollo sostenible, concepto este último que aparece por primera vez en 1987, en el llamado Informe Brundtland, realizado por la ex primera ministra de Noruega Gro Harlem Brundtland con el objetivo de analizar, criticar y replantear las políticas de desarrollo de la economía global. En este informe se definía el desarrollo sostenible como aquel que “satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro”.

"El único turismo sostenible es aquel que iniciamos saliendo de nuestro hogar a pie o en bicicleta"Muchas han sido las lecturas que han identificado en este escrito una lógica opuesta al sistema capitalista. A este respecto, Freek Colom­bijn, pro­fesor de Antropo­lo­gía de la Vrije Universiteit de Amster­dam, afirma tajantemente que “el único turismo sostenible es aquel que iniciamos saliendo de nuestro hogar a pie o en bicicleta. De cualquier otra forma no podemos afirmar que la actividad que estamos realizando sea sostenible”.

Rodrigo Fernández Miranda, especialista en turismo y miembro de Ecologistas en Acción, afirmaba en una entrevista a Diagonal: “La huella turística tiene cuatro categorías de impactos: económicos, socioculturales, ambientales y los de pequeña escala. A nivel ambiental están la sobreexplotación y destrucción de recursos naturales, los impactos de las nuevas infraestructuras –carreteras, aeropuertos, puertos–, el incremento de emisiones de CO2... A nivel económico destacan los gastos públicos para favorecer las inversiones extranjeras y el abandono de actividades económicas tradicionales de la zona”. Según explica Fernández Mi­randa, “uno de los falsos mitos sobre el turismo es la creación de puestos de trabajo, ya que éstos, además de estacionales, son precarios y de mala calidad”. A ello se le une el “encarecimiento de los recursos básicos”, que se produce por la sobreexplotación de recursos y la exportación del “estilo de vida consumista” a sociedades en los que la identidad, el estilo de vida tradicional y su escala de valores pasan a verse amenazados. “También se produce una cosificación cultural, ya que muchas costumbres comienzan a formar parte del decorado de la oferta turística, una mercancía”, concluye Fer­nán­dez Miranda.

“Uno de los falsos mitos sobre el turismo es la creación de puestos de trabajo, ya que éstos, además de estacionales, son precarios y de mala calidad”
Cosificación de la cultura
A este concepto de “cosificación” aplicado a las costumbres del destino turístico se refiere también Fernando Estévez, profesor de An­tropología en la Universidad de La Laguna, en Tenerife: “A los turistas les gusta ver a los residentes locales ataviados con los invariables trajes de sus ancestros. Pero, por paradójico que pueda parecer, los trajes típicos son atractivos para los turistas en tanto que, precisamente, cambian con arreglo a sus demandas. El turista aspira a no parecer tal; sin embargo, el turista busca, persigue, exige poder identificar a los locales, entre otros rasgos, precisamente por llevar vestimentas singulares. Pero los lugares lejanos y exóticos han dejado de estar tan distantes y ser tan extraños, así que los nativos son cada vez más indistinguibles por sus atuendos”.

En última instancia, comenta este antropólogo, “viajar y hacer turismo son sinónimos en la cultura contemporánea, una sociedad que ha provocado que la idea de la rutina de la vida cotidiana en la modernidad es tal que la gente quiere o necesita salirse de ella. Así, el turismo se opone a la rutina y ofrece, de ahí su supuesto atractivo, esas experiencias extraordinarias que han desaparecido de la vida cotidiana”. No obstante, prosigue, “es necesario establecer una distinción entre quien viaja y quien hace turismo. Mientras que el primero emprende la marcha sin la expectativa segura de volver, el segundo es, por definición, alguien que viaja con el claro propósito de regresar a casa”.

Respecto al turismo que llega especialmente a las costas mediterráneas españolas, Estévez afirma que a “lo que se conoce como el turismo de las tres ‘S’ –Sun, Sea, Sex– se le debería añadir otra ‘S’: “sangría”. Una situación que “refleja el ambiente de las vacaciones, pues, aunque no todo turista busca experiencias románticas o sexuales, la sensualidad y la sexualidad conforman importantes aspectos de la autorrepresentación durante las vacaciones”.







                                                                                       

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen texto, claro para dar una visión general de la crítica al turismo. Desde luego no podemos hablar de un turismo sostenible como no podemos hacerlo de un coche o una ciudad sostenible, pero ciertos desplazamientos de población han caracterizado, como bien afirma el texto, a la especie humana, de ahí al disfrute tipo placebo en el que todos, en nuestra cotidiana incongruencia, caemos, o a la sensación de compromiso del turismo rural, hay un trecho. No obstante, no creo que vayamos a acabar con el turismo de la noche a la mañana, como con la sociedad industrial, por eso hay que buscar soluciones también reales para los pueblos, y estas, nos gusten o no, están claramente relacionadas con la creación de trabajo.

Anónimo dijo...

El ser humano ha viajado por naturaleza y como indica el texto es la manera idónea de hacerlo, sin prisas, en transporte lento ...etc , el problema es que es la. misma sociedad y la vida bajo el prisma del trabajo asalariado la que te impide podera hacerlo de esa manera , la mayoría de las veces y te obliga al modelo de disfrute voraz, de ahí que la gente vayamos en avión para evitar perder días de tus vacaciones.ESte es un ejemplo de lo lamentables que son nuestros días...

Santiago Fernandez dijo...

Respecto a la búsqueda de soluciones reales para los pueblos discrepo en cuanto a la creación de trabajo. esta claro que dadas las condiciones actuales todos necesitamos trabajar pero la creación de trabajo forma parte de la creación de nuestra miseria de hoy y de la futura miseria de nuestros hijos y de nuestros nietos. El trabajo es destructivo lo mitas por donde lo mires. El capitalismo esta creando una bolsa de parados de por vida, esta obsoleto y no podemos seguir pensando en los mismos términos de creación de trabajo y estado de bienestar. La alternativa esta por otro lado, la creación de trabajo lo único que hará será seguir con la vida propia de capitalismo. Una vida del salves e quien pueda sin lazos comunitarios y egoísta al 100%.

Anónimo dijo...

Bueno con lo de creación de trabajo no me refería al trabajo asalariado como tal, sino al trabajo como actividad, desde luego positivo, necesario y enriquecedor. El verdadero futuro estaría pues en crear esas redes que permitieran la autogestión de nuestros pueblos, muy coherente pero que veo poco realista para como están todavía las cosas. Hay que empezar a hacer cosas en ese sentido, pero lo de la crítica al turismo y al rural, lo veo a largo plazo, me valen las medias tintas para mientras tanto.