jueves, 4 de diciembre de 2014

Primer comunicado del nuevo Sindicato de Riegos de la Vall de Almonacid.

Aunque ya ha pasado tiempo, publicamos ahora el primer comunicado emitido por el nuevo Sindicato de Riesgos de la Vall de Almonacid. Un verdadero ejemplo de horizontalidad el que se está gestando en nuestro vecino pueblo, los vecinos han decidido reapropiarse de este instrumento colectivo y pretenden reorganizar el sindicato de una manera racional y volviendo a plantear las cosas de una manera sencilla, tal como se hacía antes, evitando que el poder y control del sindicato quede en manos de los caciques y grandes propietarios. Planteando cuestiones fundamentales como los cargos revocables, la toma de decisiones de manera igualitaria (voto por regante, y no voto por hanegada, como funciona el sindicato de Segorbe), recuperación de acequias de manera colectiva ...etc 

Desde este blog queremos ofrecer todo nuestro apoyo a este tipo de iniciativas y fomentar que cosas como estas empiecen a formarse en nuestra comarca, porque esto es verdaderamente recuperar comunitariamente a nuestra comarca y no lo que se está dando en la mayoría de nuestros pueblos, que es una involución del sentiempiento de comunidad. Publicaremos todo lo que nos pasen la gente del sindicato de riegos de la Vall de Almonacid, por si os interesa.
El malnombre de nuestro pueblo ya lo dice, somos ranas. Los antiguos lo tenían claro, Gatos, Rabosas, Caracoles y nosotros Ranas. Ranas porque disponemos de un recurso escaso en nuestro entorno, el agua, lo que unido a la forma del valle de Ayr determina que tengamos la mayor extensión de huerta de la Sierra de Espadán. La Huerta Mayor, Aguilar, El Marchante, La Huerta Seca, Macácil, La Huerta del Medio, El Roseldo, La Fuente de la Viuda, La Alamera, El Molino y Anchoy con sus correspondientes redes de acequias y balsas de origen morisco constituyen el mejor ejemplo de aprovechamiento hidráulico tradicional que nuestros antepasados han conseguido legarnos.

Hace pocos años era habitual pasear por cualquiera de nuestras huertas entre campos de tomates, panizo, alubias, patatas,..., no existía rincón sin cultivar. Pero los tiempos y los usos cambian, el pueblo también. La agricultura cada vez pesa menos en la balanza económica local, las huertas se abandonan y las infraestructuras tradicionales que las sustentan (acequias, ribazos,…) caen en desuso. Podríamos estimar que, hoy por hoy, más de la mitad del espacio aprovechable como huerta de este municipio está abandonado, proporción que en muy pocos años aumentará, aún más, debido a la ausencia de relevo generacional en la actividad agrícola. Y el abandono de la huerta significa la muerte de un recurso, de la tradición, del uso, del conocimiento local, de una forma de vida; la muerte, en definitiva, del pueblo ya que el paisaje, los usos tradicionales, las huertas, los montes, es lo que nos identifica, nos diferencia, nos da valor, es lo que somos. Podríamos considerar la huerta de Vall de Almonacid como una especie en peligro de extinción… Sin embargo, todavía unos pocos pasan unas horas diarias en sus huertos de autoconsumo y permiten entrever lo que este fértil valle fue hace no tanto tiempo.

La climatología tampoco ayuda. Recientes estudios científicos alertan de que en las zonas del interior del litoral mediterráneo las lluvias están siendo menos frecuentes y de carácter torrencial. El futuro no es nada alentador, nos depara más sequía.

Es necesario, pues, racionalizar el agua. La situación de sequía que venimos sufriendo durante este año agravado por el actual deterioro de las infraestructuras de riego nos ha llevado a los regantes a organizar de nuevo el aprovechamiento eficiente del agua estableciendo turnos según parajes, recuperando las formas de gestión tradicional del riego, el llamado sistema de “mandas”. Este sistema está basado en Leyes Consuetudinales, es decir, normas propias del pueblo elaboradas por los propios regantes, mediante acierto y error y transmitidas oralmente generación tras generación. Tan importante es la recuperación del sistema de gestión del riego tradicional como su adaptación a los nuevos tiempos de forma que las leyes creadas y consensuadas por todos sigan evolucionando para dar soluciones a las nuevas necesidades.

Debemos revalorizar el agua, ese bien común y fuente de vida, como patrimonio natural de todos, fomentando su uso racional y posibilitando a todos los regantes su utilización en claro ejemplo de gestión comunal del mismo.

El paso siguiente debería ser el arreglo y conservación de las infraestructuras de riego como patrimonio agrícola y cultural del pueblo que durante siglos han persistido gracias al trabajo y esfuerzo de nuestros antepasados. Es nuestra responsabilidad una correcta gestión, mantenimiento y mejora de acequias, acueductos, balsas, ribazos… a fin de que estas costosas obras permanezcan en el tiempo para el aprovechamiento y disfrute de posteriores generaciones.

Además, las reuniones de las ocho de la tarde en la fuente La Rodana para tomar “mandas” nos ofrecen una comunicación entre generaciones, un lugar de encuentro para el establecimiento de relaciones cara a cara, un acercamiento personal que de otro modo difícilmente se daría, en definitiva, un punto de sociabilización.

No debemos olvidar que es tarea de todos que la huerta sea un recurso de vida para el pueblo. Sólo con la participación en la toma colectiva de decisiones, la buena predisposición a la resolución de conflictos, la limpieza y mantenimiento de las infraestructuras, el pago de cuotas y voluntad de trabajo se conseguirá que ésta perdure.

También es necesario, a nivel particular, que nos concienciemos de que el agua que sale del grifo cuando lo abrimos viene de alguna parte, se capta, se trata para hacerla potable, se conduce a nuestra casa para que la aprovechemos y, posteriormente, se vuelve a tratar para que no sea un problema ambiental. Este proceso al que somos, habitualmente, ajenos consume recursos, agua por un lado y dinero por otro, por lo que es deber de todos optimizar su utilización.

Hay que agradecer a todos aquellos agricultores que continúan cultivando y dando vida  a la huerta y animar a que sus hij@s y niet@s lo sigan haciendo.


¡Nos vemos en la Fuente de La Rodana!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo pedir una aclaracion al presentador del articulo, cuando dice:" (voto por regante, y no
voto por hanegada, como funciona el sindicato de Segorbe),"
Que se quiere decir con esa diferencia entre dos pueblos?

Anónimo dijo...

No soy el que escribe el artículo pero quiere decir que en Segorbe, y probablemente en más pueblos, se vota en función de tus tierras, es decir, si tienes 30 hanegadas, 30 votos, y si tienes 1, 1 voto, de manera que las decisiones que se toman son caciquiles y poco democráticas. Así ocurrió por ejemplo en la última asamblea para tratar el tema del agua para Dafsa, donde estoy seguro había una mayoría de gente que voto en contra pero la presión de los terratenientes, que aún quedan algunos, hizo que apareciera un resultado favorable. Estos comportamientos, a pesar de estar POSIBLEMENTE desde antiguo en los estatutos de las comunidades, no se pueden tolerar en el siglo XXI, y más cuando afectan a un tema tan colectivo.

Anónimo dijo...

Los caciques, pagaran las consecuencias de sus malos administtradores, utilizando la fuerza de los votos que corresponden a la propiedad, para ir en contra de racionalidad, desembocando a decisiones que arruinan la convivencia y sus tomas de decisiones.