lunes, 27 de abril de 2015

De antenas, moviles y renuncias.

El capitalismo no nos proporciona salud, si la quieres debes frenarle sus pasos. Esta máxima la parecen haber entendido los vecinos de Altura que salieron el sábado a la calle para protestar por la colocación de una antena de telefonía móvil de la empresa Vodafone, en el centro del casco urbano de la población. El "NO" nos parece un punto de partida interesante, que debe aglutinar a los descontentos y que proporciona cierto carácter decisivo o de toma de decisión. Entorno al "NO" puede crecer nuestra conciencia y nuestro replanteamiento de lo que queremos o no para nuestros pueblos. Si esta conciencia creciera se ampliaría también a la vida administrada, al cuestionamiento de la toma de decisiones en manos de partidos politicos y de la existencia de entes burocráticos, pero esto es otra cuestión.  
Volviendo al tema, todos conocemos la polémica existente entre que si las radiaciones electromagnéticas pueden ser dañinas o no, interpretaciones que están ocultas bajo intereses de todo tipo, lo  que provoca que se haga difícil para una persona sin muchos conocimientos, el averiguar este tipo de cuestiones y adquirir unas conclusiones claras. Pero lo que tenemos claro, que en todo caso, como no se conocen los efectos, es completamente legítimo oponerse a este tipo de "instalaciones" que pueden resultar  una temeridad a medio plazo para los vecinos . 

Los vecinos de Altura se movilizan contra una antena de telefoníaLo cierto es que si no queremos antenas tampoco deberíamos querer teléfonos móviles y ahí está el dilema y la contradicción con que se encuentra la sociedad. ¿Estaríamos dispuestos a rechazar esta tecnología si admitiéramos que los campos electromagnéticos son completamente dañinos para la vida? La renuncia a elementos no vitales siempre es posible y siempre puede producirse, quizá en algún momento sea el mercado o el estado, el que nos obligue a tal situación y entonces nos veamos "condenados" ha aceptarlo y calladitos lo haríamos. Muchos estamos seguros que incluso las relaciones sociales saldrían fortalecidas si se redujera drásticamente los cachivaches electrónicos que nos rodean y que en la mayoría de casos tan solo nos entretienen y nos impiden dedicar el tiempo a otras tareas olvidadas y mucho más fructíferas. El problema es por donde empezar en un modelo impuesto, en un modelo totalitario que lo abarca todo y del que es prácticamente imposible salirse. Habría que empezar por la renuncia personal y esta es una de las opciones más costosas, solo realizable con la determinación suficiente para el acto. Y en esta sociedad tenemos de todo menos determinación...


Pd: en Segorbe hay varias antenas del mismo tipo y la mayoría de gente ni se ha enterado, lo que da muestra, al menos, de la capacidad de los alturanos de "vivir"  su pueblo...

Fuente: Un usuario del móvil.    


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos los pueblos deberíamos seguir el ejemplo de Altura y decir no a las antenas de telefonía móvil!

Anónimo dijo...

pero si esto es mas facil de lo que parece no hay ni que protestar lo que hay que hacer es no tener movil ASI DE FACIL

CEM-Ti dijo...

Es un ejemplo a seguir, ya que estas antenas no deberían instalarse tan próximas a viviendas o zonas educacionales !!

Anónimo dijo...

Dejad de hacer el ridículo ya, por favor.