viernes, 27 de noviembre de 2015

Se suspenden las caceroladas contra la Antena hasta principios de Enero (Altura).

Resultado de imagen de imagenes no a la antena en alturaDesde el colectivo vecinal en contra de la antena de telefonía móvil se ha decidido suspender las caceroladas que se realizaban todos los viernes por la tarde en contra de la antena que Vodafone ha instalado en la calle Juan Terrada. Uno de los propósitos en este momento es informar y debatir acerca de esta problemática. El día 14 de este mes tuvo lugar una primera charla acerca de la incidencia en la salud de la radiación electromagnética. La charla fue muy interesante aunque se quedaron pendientes otros temas relacionados como la instalación masiva de contadores" inteligentes", el uso de wifi en los colegios, etc. También fue un buen momento para formular preguntas, preocupaciones y debatir. Se repartió un pequeño e interesante escrito que adjuntamos.


Campos electromagnéticos y sus efectos en la salud.
Vivimos cada vez más inmersos en una sociedad donde los factores nocivos para la vida son cada vez más frecuentes. Prácticamente todo el planeta está parcial o totalmente contaminado, la comida dejó hace tiempo de nutrir y nos hace enfermar, el clima parece que está cambiando a causa de nuestro desarrollo… A pesar de los supuestos adelantos de lo que llaman progreso, nunca antes la humanidad había vivido entre montañas de cemento y desperdicios, centrales nucleares y millones de contaminantes, entre los que destaca la contaminación electromagnética.
Aunque no es algo nuevo, comenzó después de la Segunda Guerra Mundial en el campo de la investigación militar y, como suele ocurrir, saltó a la vida civil (hornos microondas). Pero no es hasta hace más o menos una década cuando el uso de sistemas inalámbricos, es decir, sin cables, se ha generalizado. Móviles, tablets…y cada vez más aparatos eléctricos funcionan de esta manera lo que conlleva este tipo de contaminación que aunque ni se ve ni se huele, existe. Pero no es el sentir general, que  considera esta tecnología inocua y que tan solo aporta ventajas, pese a que la mayoría de las veces se valore desde la ignorancia o en el “mejor” de los casos a partir de la información que proporcionan las empresas de telecomunicaciones y los medios de comunicación.
Pero el avance tecnológico y la utilización cada vez más masiva de aparatos inalámbricos conlleva muchas más cuestiones: cambios en las relaciones sociales, pérdida de privacidad y autonomía, control social por parte de gobiernos y empresas, efectos dañinos en los organismos vivos…esta tarde trataremos una de estos aspectos, el que afecta a nuestra salud y bienestar.  La telefonía móvil utiliza microondas (desde los 300 MHz a los 300 GHz), que hacen vibrar a las moléculas de agua, creándose calor, el cual calienta el tejido. Debido a que la materia está hecha básicamente de agua, se aprovecha esta propiedad también para cocinar los alimentos. Oficialmente esta tecnología no afecta  negativamente a los seres vivos, pero cada vez son más las voces que discrepan con esta afirmación. Las llamadas radiaciones no ionizantes están siendo cuestionadas por sus efectos biológicos que afectan cuando las exposiciones son continuadas en el tiempo. Los niños y niñas son mucho más sensibles a este tipo de radiaciones al ser fisiológica y neurológicamente inmaduros. Además, sus cráneos son finos y sus huesos blandos, permitiendo a las microondas penetrar muy fácilmente. Por eso es tan inquietante la existencia de wifi en los colegios o el uso de aparatos móviles por niños pequeños.
Mientras que todavía no existen estudios que aseguren con total rotundidad que la exposición crónica a radiofrecuencias no provoca ningún daño, sí que existen desde hace muchos años numerosas investigaciones, incluso algunas financiadas por empresas de telefonía móvil,  que relacionan la radiación electromagnética con la aparición de diversas patologías. El Informe Stewart en Gran Bretaña, Reflex en la Unión Europea, Bioinitiative 2007 y 2012…son algunos de los ejemplos de grandes estudios donde se reflejan conclusiones tan relevantes como que la radiación electromagnética afecta al ADN celular, que puede causar reacciones inflamatorias y alérgicas y cambiar las funciones inmunes normales incluso a niveles permitidos por los actuales valores límite de seguridad. También se ha demostrado que altera la secreción de la hormona melatonina, responsable entre otras funciones de regular el sueño y la reparación celular, por lo que es muy importante no dormir cerca de aparatos eléctricos que emitan radiaciones como radiodespertadores, móviles, routers, teléfonos inalámbricos, etc.  
Incluso la OMS y la IARC (Agencia Internacional de Investigación del Cáncer) afirmaron en 2011 que los teléfonos móviles pueden causar cáncer, catalogándolos como carcinógenos tipo 2B y recomendó  que “dadas  las potenciales consecuencias de estos resultados y de esta clasificación, es importante que se investigue más a largo plazo el uso intensivo de móviles”. La OMS constató que en algunos ensayos hubo un aumento de gliomas (tumores malignos muy agresivos) que se puede atribuir al uso de estos aparatos. En la actualidad está considerando elevar el nivel de riesgo a tipo 2A. Tampoco hay que olvidar a las personas electrosensibles, que se ven gravemente afectadas por este tipo de ondas y les producen dolor de cabeza, problemas para dormir, cansancio crónico, vértigo, ansiedad, depresión… Se considera que la electrosensibilidad afecta hoy al 14% de la población y en Suecia se reconoció como enfermedad incapacitante hace ya doce años. Que a estas personas les afecte tanto  no significa que al resto no nos influya ni nos haga daño porque no mostremos aparentemente síntomas.
En muchos otros países que no presumen de ser medioambientalmente respetuosos toda esta información se está teniendo en cuenta: Rusia prohíbe a los niños menores de 18 años la exposición a las microondas, el Gobierno Británico advierte a las mujeres embarazadas  evitar la exposición a la radiación de microondas y Francia está destinando 174 millones de euros para reemplazar los módems de WiFi por fibra óptica o cables comunes en todos los colegios, entre otros. Llama la atención la disparidad en los valores máximos de radiación permitidos por las distintas leyes: mientras que en Australia es de 0,01 mw/m2, en Rusia es de 24 mw/m2 y en España es de 9810 mw/m2 (!!). Pero sin irnos tan lejos, en Castilla la Mancha es de 1 mw/m2.
Tan solo estas discrepancias debería darnos que pensar. La intención de estas charla y otras futuras es poder tener información fiable que nos permita poder tener un pensamiento independiente para poder tomar nuestras propias decisiones de una manera crítica y consciente.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen articulo para los que no pudimos acudir a la charla.

Anónimo dijo...

Hemos corregido el texto que no estaba bien subido. Perdonen los errores .
Salud.