Incendio en la Sierra Espadán.

Un gran incendio en la Sierra Espadán, tarde o temprano tenía que ocurrir, ya que cualquier mínimo descuido podía convertirse en descontrolable, debido a la suntuosa masa forestal que hay en la zona. A última hora de ayer el fuego originado en Artana caminaba sin control en dirección a Eslida y Alcudia de Veo. Las altas temperaturas, el viento cambiante que comenzó por la tarde y la orografía de una zona escarpada tan cerrada, lo hace temible y difícil de parar.

Un megaincendio de estas características es muy complicado de contener y por ahora la situación sigue siendo alarmante. No hay forma humana de adentrarse a pie por la sierra para intentar parar las llamas (cualquiera que vaya mínimamente por el terreno lo sabe...), y 30 avionetas y helicopteros están intentando evitar que las llamas lleguen al corazón del Parque Natural.

  

La frase  "los incendios se apagan en invierno" se oye por todos los lados, pero hay razones de fondo que multiplican los efectos del fuego y lo hacen mucho más potente. El Estado no tiene capacidad de asumir la limpieza del monte y menos en momentos de crisis. No se puede sustituir a la sociedad rural que lo mantenía en otras condiciones, con miles de trabajadores forestales, tampoco es deseable. Las razones son otras, son más profundas.  La despoblación y abandono de la zona, la dura reglamentación contra las actividades agropecuarias, y la desaparición de la sociedad rural que hacía al monte sostenible, ha provocado que la sierra se convierta en un polvorín, solo valida para senderismo y turismo rural. La estrategia del Estado con nuestros montes es ésta y no va a cambiar fácilmente. 

Para los gobernantes no cuentan aquellos que plantean que podría vivirse de otra manera en los pueblos y sus locuras antiprogreso no interesan al negocio de la vida.

Miguel Rivas. Colaborador de El eco del Palancia.