Corría el año
2013 cuando leyendo el libro de Miquel Amorós “La Revolución Traicionada. La
Verdadera Historia de Balius y los Amigos de Durruti” encontramos unas
líneas sobre un misterioso revolucionario de Los Calpes.
En seguida
aquellas líneas despertaron nuestro interés, debido no solo a que es paisano
nuestro, si no a formar parte de una organización por la que sentimos tanta
simpatía: “Los Amigos de Durruti”. En seguida buscamos información sobre
nuestro personaje pero lo único que encontramos de él eran dos fotos y un breve
artículo de apenas un párrafo resumiendo su vida a modo de nota necrológica.
Seguidamente nos pusimos en contacto con Amorós para saber aún más y con la
intención de publicar algo. Este, que conoció a Joaquín en Inglaterra y lo
entrevistó para su libro, se ofreció a elaborar su biografía. Casi dos años
después de su edición y de su distribución; de una visita a Los Calpes donde encontramos gente que conoció tanto a su primo Marcelino Benedicto (también de la Agrupación) como a su hermano; de una traducción al ingles; y dos presentaciones del libro en
Segorbe y en Valencia, no podemos estar más satisfechos con el resultado.
Pero no nos
contentamos con ello y, desde el Ateneo
Libertario “Octubre del 36”, aún
nos queda mucho por recorrer junto a Joaquín y junto a muchos de aquellos
revolucionarios olvidados compañeros suyos, pero también nuestros. Recuperar su
historia y darla a conocer es algo muy significativo para nosotros. Cuando la
historia oficial viene elaborada de arriba hacia abajo desde puestos
universitarios que han llegado a sus poltronas sin criticar al poder del que
dependen, es necesario hacer una historia de abajo para los de abajo. Es más,
no es que solo la historia que nos viene desde la universidad esté al servicio
de un Estado heredero del franquismo que nunca rompió con él, sino que la
autoridad que ejercen sus historiadores profesionales es algo muy preocupante
que nos debería hacer reflexionar. Se toman sus investigaciones como biblias
indiscutibles por historiadores más modestos que hacen historia local conforme
los esquemas del pensamiento de aquellos. El tratamiento que se hace de la
revolución y del anarquismo es el de que eran “cuatro catalanes” con ideas
radicales muy alejadas de la sociedad que cuando alguien las siguió fue por coacción
a punta de pistola. La inmensa mayoría de los trabajos sobre la Guerra Civil en
cuanto tocan el tema del anarquismo dejan mucho que desear. El anarquismo no
tiene por qué ser investigado, solo hace falta decir cuatro adjetivos en modo
peyorativo para ventilarse el tema de manera rápida. Hace falta leer a autores
que simpaticen con el tema para poder llegar a comprender de una manera
profunda la revolución y la guerra civil. Y con simpatizar no queremos decir
que se cree una historia a medida de lo que buscamos; sino una historia que
profundice todo lo que pueda en todos los aspectos, tanto positivos como
negativos, para poder hacer un balance critico de los hechos. Leyendo la
historia oficial es imposible comprender como la CNT pudo ser el sindicato
mayoritario, como se hizo frente al golpe de estado, como se organizaron las
milicias, como se llevaron a cabo las colectividades, cuáles eran las propuestas
de las milicias para no militarizarse… en definitiva, leyendo la historia
oficial, a la que ni interesa el anarquismo y muchísimo menos el cambio social
que se produjo, no se puede entender la Revolución.
Por ello la
publicación del libro “La mirada hacia atrás. Trayectoria
revolucionaria de Joaquín Pérez Navarro” es tan importante para
nosotros. Del anarquismo colaboracionista, si es que eso se puede llamar
anarquismo (para nosotros no lo es), aquel que se doblegó y se alió con la
burguesía a la que tanto había criticado abandonando a los de abajo a su
suerte, se cantan romances; pero del anarquismo a secas, del revolucionario,
del que no se doblega a ningún poder, del que dio un proyecto de vida en común
a los desheredados de la zona republicana, o se ignora o se le destruye vertiendo
ríos de tinta atribuyéndole todas los males y violencias de toda la Guerra.
Joaquín fue un
trabajador que luchó contra todas las formas de dominación que quisieron
doblegarle y eso, aunque lo encerraran, le hizo libre. Luchó contra el
fascismo, contra la Republica e incluso contra el totalitarismo de la CNT. Con
el rescatamos una historia más del olvido, y con el recordamos todos aquellos
luchadores anónimos que arriesgaron su vida en innumerables ocasiones, de los
que nunca sabremos, pero que siempre recordaremos. Este año 2016 es el décimo
aniversario de su muerte, que sirvan estas letras de recuerdo. Joaquín murió
siendo un anarquista íntegro y siguió colaborando con los suyos hasta el final.
Amorós contó en la charla que dio en Segorbe que cuando se decidió a escribir
sus memorias ya era demasiado viejo y su ilusión era que se conociera “su testamento de la rebelión”, y que se
hubiera sentido muy orgulloso de saber que alguien se hubiera decidido a editar
su biografía y más siendo tan cerca de pueblo natal. Joaquín que “fue iluminado por ideales de libertad” y por ello “nunca se sintió vencido y apagado”
falleció a los 99 años amortajado con la bandera rojinegra. Hasta siempre
compañero.
Los editores del Ateneo Libertario “Octubre
del 36”
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