5.500 euros por no acudir a la mesa electoral

Hoy el compañero de Vilafranca (Castellón) Jesús Tena se enfrentaba al juicio que lo juzgaba por no presentarse a la mesa electoral que le obligaba a ser vocal en las elecciones del 26 de junio de 2016 en su localidad. Jesús alegó razones ideológicas para no tener que presentarse y sus peticiones fueron denegadas por lo que al final decidió no presentarse. Ahora este compañero se enfrenta a un multa de 5.500 euros. 

No es un caso aislado, un compañero de Albaida esta en una situación similar por los mismos motivos. Muchos creerán que no le costaba nada acercarse y pasar la mañana en aquella farsa democrática pero Jesús decidió no colaborar con un sistema en el que no cree y por ello lo juzgan. Además hizo un comunicado expresando sus motivos y ahí esta el peligro que la gente tenga ideas y sea consecuente con ellas. 

En este estado de derecho y de libertad en el que todos los días nos recuerdan a través de sus medios lo democrático que es; la oposición (aunque sea de manera pacifica como supuestamente tanto les gusta; en este caso parece que no tanto) a su dictadura encubierta puede salir muy caro a quien ose hacerle frente como en el caso de nuestro compañero. 

En estos tiempos en que el criterio político brilla por su ausencia; en el que un día pasamos de los partidos y al otro nos adherimos a uno; en el que un día somos anticapitalistas y al otro estamos reuniéndonos para aceptar subvenciones; y en el que la gente se deja llevar sin ningún tipo de critica, ni de filtro interno, por diferentes corrientes que van y vienen "mareando la perdiz", actuaciones como la de Jesús son una pequeña luz en la oscuridad de la pasividad en la que nos encontramos. 

Os dejamos con el escrito que hizo exponiendo sus motivos. Ánimos para los compañeros y un saludo  desde tierras palantinas.

Carta de un objetor de conciencia a la mesa electoral

Soy Jesús Tena Gracia, el pasado 1 de junio recibí una notificación en la que se me informaba que formaba parte de la mesa electoral situada en el colegio público de Vilafranca , un pueblo del interior de Castellón. Según el documento tengo que comparecer el 26 de junio con motivo de la celebración de las elecciones generales a las 8 de la mañana para la constitución de la mesa y permanecer en ella hasta que finalice el proceso electoral, bajo amenaza de pena de prisión de tres a un año o multa de seis a veinticuatro meses, si decido no presentarme. Por otra parte se abría un periodo de siete días para alegar y expresar los motivos que impiden la aceptación del cargo ante la junta electoral de zona de Vinaroz.

Envié mi alegación comunicando mi objeción de conciencia y explicando que por razones ideológicas no podía participar en la mesa electoral y que revocaran mi nombramiento como primer vocal. La junta denegó mi solicitud sin ningún argumento ni explicación.

No me voy a escudar, soy insumiso, no creo en el principio de autoridad en las relaciones humanas, ninguna persona, grupo, institución o Estado deberían imponer su voluntad a las demás, por esta razón nunca he votado. No quiero ser cómplice y colaborar lo menos posible con este sistema político, sustentado con la violencia, las guerras, la explotación y dominación de unas personas sobre otras y la destrucción del medio ambiente.

Pienso que hay que dar la espalda a esta falsa democracia en la que una minoría de privilegiadas gobierna a una mayoría de gobernadas excluyéndonos de la participación política y de todos los procesos decisorios que nos afectan como personas de esta sociedad. Vivimos en un orden político autoritario y jerárquico que no es democrático ni participativo. Para que fuera democrático, nuestra participación no debería limitarse a poder elegir cada cuatro años a las personas que nos van a gobernar, que legitimados por el resultado de las urnas, toman todas las decisiones en nuestro lugar sin consultarnos nada. Hay medios y recursos suficientes para crear espacios donde las personas puedan opinar, debatir, decidir de manera horizontal y gestionar todos los asuntos importantes (ecología, educación, salud, economía, infraestructuras, consumo etc) para ponerlos en común y en beneficio de la sociedad.

Por último creo que la participación en las mesas electorales debería ser un derecho y no una obligación. El que sea una obligación es un indicativo del desafecto y poco apoyo popular al sistema electoral, que necesita recurrir a la coacción bajo penas de prisión o multas y en el mejor de los casos, remunerando los cargos. De no ser así, muchas mesas electorales no se podrían constituir el 26 de junio.

Agradezco a todas las personas de mi entorno que apoyan mi decisión, nada fácil, al Grupo Antimilitarista Tortuga por su ayuda y asesoramiento y mi mayor reconocimiento a las valientes insumisas del pasado, presente y futuro.