Llengua de bou |
Escarola tradicional. |
Buenas tardes, hoy quería compartir con vosotras/os un pequeño truco que aprendí hace unos cuantos años para permitir que las lechugas de carácter tradicional o ecológicas duren más días tiesas y sin pocharse. Esto aunque parezca una tontería es lo que le sucede a la mayoría de personas después de recogerlas de la huerta y meterlas en el frigorífico. Para ello hemos utilizado tres variedades diferentes (una llengua de bou, una escarola, y una tipo romana u oreja de mulo) y un poco de rúcula. Así conseguiremos tener durante toda la semana en estado perfecto nuestro "mezclum" propio.
El proceso es sencillísimo y seguramente conocido por muchos, pero requiere que lo hagamos en el mismo día que las cogemos de la huerta o recién adquiridas.
En primer lugar deshojamos y pasamos por el grifo hoja a hoja de cada una de las lechugas para conseguir retirar la tierra y los bichitos que puedan haber. Las metemos en un bol con agua fría, enfriada con cuatro cubitos de hielo mejor, durante 5 minutos para que refrescarlas bien.
Secador manual. |
Después las escurrimos con un escurridor y las metemos en un secador de lechugas manual de este tipo, para proporcionarles un secado intenso que las dejará en un estado tenso y duro. Vamos retirando del fondo del escurridor el agua que va quedando y volvemos a repetir el secado hasta que deje de quedar agua al fondo.
Finalmente las colocamos en un recipiente de cristal, con una servilleta de papel al fondo y con un tapa también de papel de cocina para que no coja con exceso olores de la nevera. De esta forma una lechuga que en dos días pasaría ha estar pocha nos duraría casi una semana con una rigidez aboluta.
Como veis es algo bastante sencillo de realizar pero me he animado a colgarlo al observar en casa de un amigo que las tenía algo deterioradas tan solo un par de días después de haberlas traído de la huerta.
Miguel Rivas. Colaborador de El eco del Palancia
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