“El mejor gobierno es el que menos gobierna”
H.D.Thoreau.
En el último número
de la publicación de debate libertario, Al Margen, el tema a debatir es sobre “Trabajo, precariedad y Renta Básica”.
Al recibir la revista nos llamó
bastante la atención por el tema a tratar por lo que la leímos interesadamente pero la verdad es que fue bastante decepcionante ver que en el ámbito
libertario las opiniones en cuanto a esta fueran más a favor que en contra. Al
final nuestros pensamientos en cuanto a la situación del ámbito libertario se
confirman. Sin ánimo de ofender a nadie, ya que no es nuestra intención
hacerlo, ni ser más que los demás, ni asignar pedigrís revolucionarios; si es
nuestra intención exponer nuestra humilde visión del tema después de la lectura
de las diferentes opiniones vertidas en la publicación. No es nuestra intención
argumentar si es viable o no, lo que sí nos parece más importante es poner encima
de la mesa si desde un ámbito libertario es deseable defender el derecho a una
renta básica. Tampoco es nuestra
intención debatir sobre la necesidad o no de esta, ya que sabemos la situación
en la que vivimos e individualmente todos y todas dependemos del sistema pero
no por ello tenemos que darle más atribuciones a un Estado al que se supone que
aborrecemos. El tema es si queremos ir desprendiéndonos de la megamáquina de la
que dependemos o queremos aferrarnos aun más a ella.
Ya desde hace
tiempo venimos defendiendo la idea de que en nuestros ámbitos ha habido una
izquierdización. Nos hemos convertido en un apéndice de la izquierda, haciendo
seguidismo de unas ideas que ya cada vez generamos menos por nosotros mismos.
Cada vez somos menos capaces de generar nuestro propio pensamiento, y debido al
aleccionamiento del sistema, y a cierto posibilismo, nuestras ideas van siendo
abandonadas. Ya en el Editorial titulado
“Hablemos del derecho a una vida digna”
se nos habla de que en las “circunstancias
de emergencia social como las que estamos viviendo” “algo habrá que hacer”.
En continuos debates siempre se habla de la urgencia social en la que vivimos.
El tema parece ser siempre el mismo: Debido a las circunstancias dramáticas en
las que vivimos tenemos que dejar de lado ciertos purismos ideológicos y
adaptarnos a las circunstancias. O eso es lo que nosotros leemos entre líneas.
Es el eterno debate del movimiento Libertario. Pero ahora parece que las ideas
más transformadoras, aquellas que atacan más a la raíz del sistema están cada
vez más en desuso. Es verdad que no es que vivamos en la actualidad una
situación prerevolucionaria pero no por ello debemos dejar apartadas nuestras
ideas esperando tiempos mejores. En nuestro pasado cuando sí que se vivía en
esas circunstancias ya había quienes decían que la situación no acompañaba. Entonces
¿cuando hablar de verdad, sin tapujos, de nuestras ideas?; ¿Ya no funcionan?
¿funcionaban en el s.XIX y en el XX y ahora ya no?; ¿Cuándo hablamos de las
ideas anarquistas somos puristas?; ¿Cuándo nos adaptamos a “las circunstancias”
siempre debemos abandonar nuestras ideas?; ¿”las circunstancias” y el
anarquismo nunca son compatibles?; ¿la crítica radical nunca va a ser aceptada
como real y compatible con la realidad?.
El movimiento
Libertario se supone que debe abolir al Estado, pero mientras este exista tiene
que desgastarlo, menospreciarlo, denunciarlo, hacer ver que es nocivo para el
ser humano y para el entorno natural. Lo que debería hacerse es intentar hacer
viables vidas alternativas al Estado, no depender más de él. Aunque sabemos que
eso es una enorme tarea, de la que todos estamos muy lejos, no hemos de dejarlo
de tener en perspectiva. Por eso las ideas ácratas merecen seguir teniendo
vigencia en la actualidad sean cuales sean los momentos en los que vivimos y la
interpretación que tengamos de estos. Lo que no se debe hacer es acreditar al
Estado. Y creemos que dándole más atribuciones, como la Renta Básica, es
acreditarlo. No podemos depender más del Estado y del sistema si no ser cada días
más independientes de este hasta volverlo totalmente inútil.
Creer que el
Estado y la burguesía van a dar dinero por la emergencia social que estamos
viviendo es creer en la irreal bondad del sistema, en la mentira del Estado
Derecho. El Estado nunca ha hecho nada que no sea para beneficiarse él mismo.
Si nos diera una Renta Básica solo seria para beneficio del mercado, para
promover el consumo. Creer en la Renta Básica es creer en el sistema
supuestamente democrático en el que vivimos, que es un sistema sostenido a
través de la explotación y la esclavitud de los países mal llamados
subdesarrollados. Cuando hablamos de Renta Básica no hablamos de desmonetarizar;
ni de arrancarle espacios al capital para desmercantilizarlos. La rueda sigue
igual, no hay una crítica radical al sistema si no al abandono que el sistema
ha llevado a cabo de la “ciudadanía” afectada por la crisis. El montón de riqueza
que se espera repartir con la Renta Básica es un montón expropiado que debería
de ser abolido y no repartido. Creer y buscar la Renta Básica, tal y como el
mundo está, no es atacar el sistema, es criticarlo solo cuando va mal.
Como los
compañeros valencianos dijeron en el “Manifiesto de la Agrupación Anarquista de
Valencia” en 1931 nuestro deber no es “amortiguar
los efectos deletéreos del capitalismo, sino abolir totalmente el capitalismo;
no repartir un tanto la propiedad privada, sino anular dicha propiedad privada;
no difundir los privilegios económicos y políticos, sino exterminar de raíz
dichos privilegios; no mantener bajo nuevas formas al asalariado, sino acabar
con el salario” o como decían en Fragua Social en 1936 “toda nuestra actuación no ha de tender a reforzar el Estado, sino que
paso a paso hemos de ir destruyéndolo, hemos de hacer completamente inútil el
Gobierno”. Estos son solo dos ejemplos entre múltiples que podríamos
encontrar en el que el Movimiento Libertario no buscaba al Estado para que
solucionase sus problemas, si no que él era el principal causante de ellos. Y
no podemos decir que en épocas anteriores no vivieran en emergencia social pero
no por ello pedían subsidios de paro o Estados del bienestar. Adecuarse a las
circunstancias no es claudicar en nuestras ideas.
Respecto a los
diferentes artículos de la revista en cuanto al primero, titulado “Subsidio a la economía Sumergida” de
Sandra Soutto, economista y miembro de Attac, nos parece que no vale la pena
comentarlo porque creemos que no pertenece a nuestros ámbitos. Que un artículo
de estas características en que aboga por que el Estado lo solucione todo
debería de hacernos reflexionar de cómo estamos y hacia dónde vamos. El segundo
artículo, titulado “La pobreza y el sujeto”
de Ruymán López coincidimos con él en cuanto que no significa que cuanto peor
estamos más posibilidades de cambio real tenemos, cierto. Pero no compartimos con él su opinión respecto
al tema que nos ocupa. Está claro que no negamos que sea una solución para
personas sin recursos pero no nos corresponde a nosotros como libertarios exigirla
y con esto no quiere decir que no seamos conscientes de la situación en la que
vivimos. No sabemos que pensara Ruymán de las líneas que ahora escribimos
cuando afirma lo siguiente: “Yo entiendo,
con respecto a la dación o la renta básica, que lo que prima, sin filosofías
ni rollos trascendentes, es lo inmediato, sea desprenderse de una deuda o
llenar la barriga. No habrá una persona sin recursos la que si se le plantea
cancelar una hipoteca u obtener un subsidio no aplauda la medida y la
interprete como una verdadera solución”. El subrayado es nuestro. No
negamos que la gente se sienta aliviada al recibir un dinero lo que
cuestionamos es que seamos nosotros, los libertarios, los que lo exijamos.
El tercer artículo
“Pobreza, Renta Básica y Autoorganizacion
de los excluidos” de José Luis Carretero Miramar es más de lo mismo. Expone
la Renta Básica como una alternativa pero ¿una alternativa a qué?. Pero esto no
es lo más sorprenderte de este artículo si no que afirma que esta permite “a sus receptores recuperar su tiempo de
vida y reordenar su marco de necesidades y de deseos fuera del universo de la
mercantilización de la vida humana”. Parece ser que recibiendo dinero
desmercantilizamos nuestra vida. Además al final, más sorprendentemente aun,
hace una mezcla entre la Renta Básica y la autoorganizacion de los excluidos,
como si una cosa no quitara la otra.
El cuarto artículo
de Antonio Pérez Collado “Sobre el
derecho a la Renta Básica y el deber de trabajar” nos habla de la Renta
Básica como uno de los proyectos más factibles y cercanos para garantizar una
vida digna. Además nos dice “A quienes
sufren dolor, hambre, explotación, violencia, etc. No podemos consolarles con
la revolución que tenemos en mente o en nuestros libros. Hay que ofrecerles
soluciones para el ahora más inmediato”.
El mismo que ha creado sus problemas, el Estado y el Capital es quien ha
de solucionárselos. Está claro que lo nuestro, debido a
las circunstancias en las que vivimos y a la debilidad de nuestras fuerzas, no
puede dar soluciones inmediatas a nuestros problemas pero delegar en el Estado
y acabar abandonando nuestras ideas no nos parece la mejor solución.
El quinto artículo
de Fernando Navarro “La Renta Básica
Universal: Ni está ni se la espera” se posiciona en contra de esta y afirma
que no es viable. El sexto “La Renta
Básica de las Iguales (Rbis) tiene una largo recorrido” de José Iglesias Fernández
como su título indica hace un resumen desde su creación por parte de unos
profesores universitarios, pasando por diferentes países, hasta nuestros días.
El séptimo artículo de Ameba Rubén titulado “Seis
Criticas a la Renta Básica”, al igual que el de Fernando Navarro también se
posiciona en contra y junto a aquel es con el que más puntos tenemos en común,
e introduce la idea en el debate de que la Renta Básica es una herramienta que
entra en las nuevas dinámicas del Capital para contribuir al consumo de los
ciudadanos de los países ricos las mercancías de los países pobres. Nada que ataque
al sistema. Ya acaba con esta apropiada pregunta ¿Acaso hay algo más burgués
que vivir de Rentas?.
Resumiendo,
esperamos haber contribuido a la lectura de esta revista y haber ofrecido un pequeño
grano de arena a la visión crítica de nuestro pensamiento libertario (si es que aun se puede seguir llamando así). Abogamos por una crítica que vaya a las raíces
del capitalismo y no a si los frutos que nos da este son buenos o malos. Que
nuestras prácticas y nuestras ideas estén de capa caída, por múltiples
factores, no significa que no sean igualmente tan validas como antes y tampoco debe
hacernos caer en dinámicas que no son las nuestras. Para acabar, sin miedo a
que nos acusen de puristas (algo con lo que nunca nos hemos sentido
identificados), después de haber citado a los anarquistas valencianos de los
años 30 citaremos a Errico Malatesta. En este escrito solo tenemos que cambiar
la palabra fascismo por cualquiera de los problemas sociales que el capitalismo
genera. Los problemas generados por este tienen que ser resueltos fuera del
Estado y no dentro de él.
“[…] Es preciso, por tanto, matar al fascismo, pero matarlo
directamente, sin la ayuda del Estado, de manera que el Estado no se vea
reforzado, sino más desacreditado y debilitado. Querer suprimir el fascismo por
medio del Gobierno, es como combatir el síntoma de una enfermedad agravando las
causas que producen la enfermedad misma”
Cecilio Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario