lunes, 5 de noviembre de 2018

El glisofato y las abejas. Reflexiones locales que son globales.


La apicultura es uno de las primeras ocupaciones y quehaceres del hombre en la historia de la humanidad. Y hoy en día, es uno de los oficios que está en peligro de desaparecer debido a la catástrofe medio ambiental en la que estamos inmersos, y donde parece que no existen visos de cambio. La alta la cantidad de venenos vertidos al suelo en las prácticas agrícolas, unido a la existencia de altos índices de contaminación son los factores que están provocando que las colmenas están quedándose sin población.  Esta amenaza es un significativo aviso que nos índica que los seres vivos estamos todos igual de amenzados puesto que nos alimentamos de los mismos nutrientes tóxicos.

El sector agrícola de nuestra zona, minifundista (de bancal escalonado…) ha sido eliminado debido por las practicas capitalistas y agrícolas, principalmente por la política agraria Europea (PAC). Tiempo atrás, los bancales de olivos eran visitados por las abejas y las ovejas, pero hoy en día ya no es así, debido a que están repletos de matorral y bajo bosque, por la renuncia a continuar con el cultivo ; y en los otros bancales, los que se cultivan, están envenenados con glifosato, que se utiliza para la eliminación de la malas hierbas,  con unas consecuencias nefastas para las abejas y todo aquel animal o especie que dependa del mismo ecosistema.

La pulverización mayormente por glifosato esta determinada por varios motivos, unos cercanos al propio del ciudadano narcisista y otros forzados por las circunstancias estructurales y económicas.  Así pues, hasta ahora, el agricultor para quitar los restos de poda y las malas hierbas siempre ha utilizado la quema en una orilla del campo como método, aunque va perdiendo validez. La fácil propagación del fuego al bancal de al lado, en muchos casos perdido, imposibilita tal acto de la quema. Ante un incendio de estas características, los medios de comunicación y los representantes de la política  rápidamente buscan culpabilizar a un desdichado que suele ser un agricultor que estaba realizando las labores de quemado de leña, ¡Pobre ignorante!, gritan todos al unísono. Esta es una idea que ya ha calado en la opinión ciudadana, manipulada superficialmente, y que jamás verá el origen del incendio en las políticas aplicadas en el agro que siguen los dictados de la ideología dominante ultraprogresista.

Ante la temeridad del fuego, tampoco el campesino ve viable la utilización de la desbrozadora y el tractor por su coste económico y el tiempo que precisan para su trabajo. Al final terminan por la opción del glifosato, que es el elemento más barato, más eficaz, pero lamentablemente el más trágico.

La sombra del envenenamiento es mucho más grande pues se alarga por  todos nuestros pueblos, en cada rincón, en cada parque y en muchas de nuestras calles, ya  que los insecticidas se utilizan de manera temeraria también  para la plaga de mosquito. Es el químico más utilizado por las instituciones gobernantes, sostenibles y ecológicas, nos dicen… y lo llamativo del asunto es que los ciudadanos ven correcta dicha acción sin ver el daño que le ocasiona a su salud y a todo el entorno vivo. Incluso, las instituciones tratan de desviar el problema del tóxico al lanzar mensajes publicitarios o trípticos para indicar al ciudadano como debe de actuar ante las plagas de insectos, ya que será su buen hacer lo que determine como afrontar al problema. Nada de autocrítica que identifique la raíz del problema y sus posibles soluciones fuera de la técnica cortoplacista. Para comprender por qué el ciudadano ve con agrado la utilización del uso de tóxicos en el ambiente nos remitimos al debate que se realizó en el Ateneo Libertario “Octubre del 36”  sobre el libro “ Crédito a muerte” de Anselm Jappe . En uno de los apartados se consideró sobre la regresión antropológica en la que se encuentra la persona que habita el sistema capitalista actual. Es un individuo consumista y narcisista. Es un sujeto que se diseña una  imagen de si mismo atractiva, ociosa y de  máximo placer. Y en el tema que nos ocupa, cualquier mota o insecto que le moleste en su pulcra vivienda debe de ser eliminado y así evitar su deshonor.

Ante la alineación del hombre narcisista en la sociedad, la Diputación de Castellón saca su tajada al lanzar año tras año, las "ayudas económicas” para la plaga de mosquito. Con ello adquiere una buena imagen política y al mismo tiempo, el lucro económico mediante el trasvase de dinero ,vía impuestos, hacia la empresa fabricante del toxico.

La apicultura es un oficio que  de gran esfuerzo que está marcado por una legislación muy estricta debido a las dosis químicas que debe de realizar al colmenar por las enfermedades que atacan a la abeja. Continuar con la utilización del veneno en la piquera aún hace más gravoso el oficio. Sucesos como  entrar a su colmenar y no ver abejas revoloteando y ver el suelo cubierto de un manto negro de abejas muertas, esta siendo más que habitual, por lo que la necesidad de abrir un debate sobre esta cuestión es necesario, y si es al margen de las instituciones, mejor que mejor, pues son ellos los que deben ser señalados por respaldar a los fabricantes del veneno asesino.

La muerte de la abeja al chupar el néctar envenenado de la flor, nos muestra que otra parte de ese veneno queda en el fruto que llega a nuestra mesa. Esta parte de pócima también la podemos encontrar en el aceite de oliva de la Sierra Espadán y la Sierra Calderon para nuestra preocupación. 

Alfonso Soler Colaborador El Eco del Palancia

1 comentario:

Anónimo dijo...

***Algunos apuntes de la financiacion de glifosato Roundup ***
Con engaños, maíz transgénico seguirá en el mercado


Aunque los partidarios de los alimentos genéticamente modificados (GM) afirman que no hay evidencia de que éstos hayan causado efectos dañinos, varios estudios que lo prueban han sido publicados en revistas científicas (como explico en mi artículo de La Jornada del 7 de junio anterior). Uno de los análisis más rigurosos demuestra que un tipo de maíz transgénico que ha permeado en el suministro alimentario en México es significativamente tóxico; sin embargo, aunque hace 6 años se probó su toxicidad, ese grano se ha mantenido en el mercado global mediante engaños de respetados científicos e instituciones científicas –incluida la Academia Mexicana de Ciencias.

Ese producto venenoso, el maíz NK603, fue creado por Monsanto y diseñado para tolerar el herbicida de esa compañía basado en glifosato (Roundup). Aunque ya había logrado la aprobación regulatoria con base en un estudio toxicológico de alimentación de 90 días, cuando un grupo de científicos de la Universidad de Caen lo sometió a prueba durante dos años descubrió que causó daños importantes en hígado y riñones de ratas experimentales y publicaron sus hallazgos en 2012 en Food and Chemical Toxicology

https://www.jornada.com.mx/2018/11/25/opinion/021a1eco#