miércoles, 7 de noviembre de 2018

No le deseo un Estado a nadie. Conflicto catalán y movimiento libertario


Después de haber leído el interesante libro “No le deseo un Estado a nadie” escrito por compañeros que no se han dejado seducir por la deriva nacionalista de parte de los libertarios y las libertarias en Cataluña me han surgido las siguientes reflexiones en torno al conflicto catalán y al movimiento libertario. Ahí van.

Aun recordamos cuando en octubre del 34 los anarquistas rehusaron colaborar como fuerza de choque del gobierno catalán. Es más, fueron los más perjudicados por todo aquello ya que muchos fueron detenidos por la policía catalana, sus locales fueron clausurados y las oficinas de Solidaridad Obrera asaltadas para impedir que saliera el periódico. Para la Generalitat de Lluís Companys eran mucho más peligrosos los anarquistas de la CNT que el ejército español al que tenían que combatir, había miedo porque los anarcosindicalistas aprovecharan la situación para hacerse con el control de toda Barcelona. Fue la Generalitat quien animó la huelga general y su policía quien hizo los piquetes. El Comité Regional lanzó un manifiesto en el que puso a los anarcosindicalistas en alerta para que ocuparan sus locales y no se dejaran doblegar. En ese mismo manifiesto se decía: “No son momentos de teorizar, sino de obrar; pero obrar. Acción del proletariado revolucionario por cuenta propia y por decisiones propias”. El sindicato de la Madera fue tiroteado por la policía y el Conseller de Governació Josep Dencàs incitó a sus seguidores a actuar contra aquellos “provocadores anarquistas vendidos a las reacción”. Cuando el Estado acabó con aquel intento de formación del Estat Català se encontró con los calabozos llenos de anarquistas.

Mucho ha llovido desde aquello. Por aquel entonces aún existía un movimiento libertario fuerte, que generaba sus propias ideas, y su propio discurso, y no se dejaba embaucar por élites burguesas. Hoy pasa todo lo contrario. Cuando no existe un movimiento fuerte los libertarios se agarran a lo que sea. Al final, si no nos equivocamos, el movimiento libertario de ayer quedará como un simple decorado de una izquierda que lo recordará solo en aquellos aspectos que le interesen, como un movimiento simpático para recordar que en otro tiempo los cambios desde abajo verdaderamente transformadores si fueron posibles. Siempre escuchamos el mismo discurso, que como ya no existe aquello de lo que hablamos es mejor no quedarse parado y colaborar en lo ya hay, y eso que ya hay pasa desde el apoyo a una República Catalana a meterse en las instituciones. Al final el haber estado en algún tipo de lucha solo servirá para rellenar ese curriculum vitae de movimiento social que a muchos tanto les gusta rellenar, engordar y recalcar y que les servirá como trampolín necesario para la candidatura popular ciudadanista progre de izquierdas. No hay que ser muy avispado cuando acudes a una asamblea o abres Facebook para ver las ansias de liderazgo, de reconocimiento y de aparentar que tienen muchos. Caemos en los mismos patrones de la sociedad a la que criticamos.  Aquí para expresarte y debatir si no es por Facebook nada de nada. Nuestra información y nuestra memoria vienen más de titulares de nuestros muros que de debates serios entre nosotros. Si no te das a conocer desde internet poniéndote tu curriculum y tu careto en Facebook prácticamente ni existes. Al final las ideas y la integridad de cada uno son papel mojado, plantarse y decir “por ahí no” o “eso no es lo mío” son cosas de locos idealistas, de gente que “no hace nada” o que “no tienen influencia en su entorno”. Si para tener influencia en la sociedad de hoy hemos de abandonar nuestras ideas estamos jodidos. Parece ser que lo pragmático es sucumbir e intentar cambiar las cosas desde dentro, desde la participación, cuando al final descubres que no has cambiado nada, bueno sí, lo único que acaba cambiando eres tú mismo. Y muchos de los que lean esto dirán “es que vais de puristas alejados de la realidad”, como si nosotros no viéramos en nuestros pueblos en que acaban las buenas intenciones de las candidaturas de izquierdas. Es la práctica la que confirma nuestras teorías.

Cuando diferentes compañeros nos hablan del Movimiento Libertario nos causa una perplejidad que no sabemos si es causa de nuestro desconocimiento o de las diferentes percepciones no compartidas que cada uno tenemos sobre este tema. Como ya dijimos en el texto en el que colaboramos para la revista Al Margen “¿Movimiento Libertario y Mundo Rural?” No pensamos que exista un movimiento libertario como tal, cosa que creíamos ya superada. La existencia de pequeños grupos descoordinados y de intereses completamente diferentes y contradictorios, hace imposible que nadie se plantee la posibilidad de que exista en la actualidad un sujeto colectivo que pueda ser considerado como “movimiento”. Para aceptar que existiera un movimiento libertario, este debería tener una conciencia propia de sí mismo, un camino común, coordinación, regularidad, afinidad, en definitiva, una cultura propia. Vamos, lo que tenía a principios de siglo XX y que no encontramos ahora por ningún lado.” Una prueba de ello es que ese texto que esperábamos que fuera un texto debatido no obtuvo respuesta a pesar de que muchos compañeros lo difundieran por sus medios. Cuando oímos hablar de movimiento Libertario imaginamos que vamos todos juntos en un gran buque de guerra pero la realidad es que vamos en pateras que están a punto de hundirse. A veces a lo lejos vemos a unos compañeros a los que gritamos para juntarnos y hacernos más fuertes, pero esos compañeros están tan lejos que ni nos oyen, y a veces hasta miran hacia otro lado. Otras veces esos mismos compañeros a los que gritamos ven pasar barcos más grandes y más bonitos en forma de partidos políticos y sin pensarlo se unen a ellos.

No es la primera vez que la burguesía utiliza a sus gobernados para sus propios fines. Ya en la Primera Guerra Mundial muchos sindicatos y partidos de clase trabajadora abandonaron su internacionalismo para aliarse con la burguesía y combatir contra los pobres de otros países mientras sus reivindicaciones y su discurso iban siendo acallados. No decimos nada nuevo al recordar que las élites siempre tendrán unos intereses diferentes. En la Revolución del 36 también pasó más o menos lo mismo, la guerra empezó siendo una lucha de clases hasta que la burguesía se hizo de nuevo con el poder y acabó siendo una guerra en contra de un ejército extranjero mientras las reivindicaciones, conquistas revolucionarias y discursos de la clase obrera iban siendo acallados con la complicidad de las nuevas élites de la Revolución. Casos en los que la élite a la que le sirves como fuerza de choque acaba traicionándote hay para aburrir y no creemos que a ningún libertario o libertaria haga falta recordárselas.

Ni somos ni queremos ser categóricos ya que creemos que todo esto ha tenido algunas prácticas y reflexiones muy positivas; el tema es que estas están supeditadas, cada vez más, a la acción institucional. Creemos que tendrían que servir para crear algo nuevo, tendrían que llevarse por caminos que nos conduzcan hacia la emancipación y no en seguir yendo a remolque de una élite burguesa. El malestar social surgido tras la crisis podría haberse llevado hacia caminos más combativos, creando sus propias estructuras, y llegando a crear un verdadero movimiento sino hubiera sido porque aún existe una creencia en que los cambios se consiguen elevando a compañeros nuestros hacia las estructuras del poder del Capital. Habría que ver el papel que han jugado las CUP y Podemos en apaciguar la respuesta popular de acción directa a través de su entrada en la escena política y mediática.

Pero vamos, quien siga en su erre que erre apostando por la formación de un nuevo Estado y defensa de una Republica debería de replantearse seguir llamándose a sí mismo libertario o libertaria. Al final nos vienen las dudas de quienes son los libertarios en realidad cuando los ves entrado en partidos políticos, aliándose con elites burguesas, enarbolando banderas... etc. Si es que es verdad que existiera un movimiento libertario debería de haber mantenido una posición firme en cuando a todo lo sucedido. Y ello no ha sido así ya que la contestación social existente ha sido desviada hacia los intereses de una elite enfrentada a la otra. A los libertarios y libertarias le han robado la palabra y la memoria y acaban tomando discursos que no son suyos.

Creemos necesario hacer escritos como este para generar un debate e intentar crear un movimiento que no existe, que decida por sí mismo y que combata a los que quieran utilizarnos para otros intereses que nada deberían tener con los nuestros. La lectura del libro más arriba citado nos parece sumamente interesante ya que, a parte del acertado análisis que hacen los autores de los artículos, es reconfortante ver que aún quedan compañeros que no se han dejado arrastrar por la deriva nacionalista. El tema es que los apátridas dejemos de estar en la soledad de la que habla uno de los artículos. No nos quedamos al margen del conflicto, nosotros y nosotras elegimos nuestro propio bando y no es ninguno de los dos que ya conocemos, ni del catalán ni del español, los pobres no tenemos patria. Lo que se necesitan son grupos que debatan y que decidan por ellos mismos y no vayan a remolque de los acontecimientos y que se generen reflexiones de lo que hacemos en nuestras prácticas. El problema es que estos grupos no existen y en la mayoría de los casos los que existen están luchando por su supervivencia por lo que no tienen suficiente fuerza como para tejer redes con otros grupos con características afines. Si no somos capaces de ver esto, y de hacernos una autocrítica, nunca caminaremos por los caminos deseados, y nunca llegaremos a ser un movimiento serio que decida por sí mismo y sea capaz de crear nuevas formas de contrapoder verdaderamente anticapitalistas y fuera del sistema. Prácticas que nos hagan estar fuera del poder, combatiéndolo, creando lo nuestro y no yendo a ver si podemos introducirnos en las instituciones que ya existen y que nada tienen que ver con nosotros y nosotras. Poder mostrar nuestro propio musculo y decir ¡no! cuando sea necesario, que nuestra teoría salga de la práctica y obrar en consecuencia. Nuestro deseo debería ser volver a ser aquellos "provocadores anarquistas vendidos a la reacción" y volver a poner en práctica lo que decía la el manifiesto “No son momentos de teorizar, sino de obrar; pero obrar. Acción del proletariado revolucionario por cuenta propia y por decisiones propias”.

Un apátrida

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Boinas,

De momento en Catalunya vamos a intentar tener un estado más pequeño, que no quiere decir que mejor, pero algo es algo. Vamos a probar. A hacer algo. A tirar para delante, no para atrás. Los objetivos pueden ser los mismos, pero no nos quedamos quietos porque no podemos llegar al todo. Si la erramos, volveremos atrás, que no será la primera vez. Este viaje no implica que nos olvidemos de quién es quién. No todos nos cambiamos de chaqueta y tirmos la vieja. Ahí está para recuperarla cuando nos interese. Que al fin y al cabo, es lo que hacen "ellos".

Algunos hemos decidido dar un salto y seguir, no parar. Esta opción ha sido criticada miles de veces en los entornos libertarios, y con todo tipo de argumentos. Pero al fin y al cabo, uno es libre de hacer lo que le plazca. No todo es lavado de cerebros. No todo es sumisión al poder y a las élites. A veces es simplemente buscar un "malo" y liarla parda. Ya veremos.

Saludos,

Narciso.

Anónimo dijo...

En primer lugar, me gustaría agradecer que se publiquen artículos de este tipo, pues como bien dices, escasean los debates y existe un claro acomodamiento en la cultura del copia-pega.

Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que se plantean en el texto, pero creo que a veces, quizás inducidos por nuestras lecturas, creencias, afinidades políticas, ídolos… nos olvidamos de la realidad misma en la que vivimos.

A mi juicio, si hay una fuerza capaz de movilizar a las masas desde finales del siglo XIX hasta nuestros días esa es el nacionalismo. No nos podemos olvidar de las guerras que todavía hoy se libran o se han librado recientemente en el Próximo Oriente, los Balcanes o el continente africano entre otros, donde el motor de la lucha han sido las aspiraciones nacionalistas (muchas nacidas en el corazón del pueblo, otras aprovechadas por ciertas elites para dirigir el malestar en su propio interés). Lo que quiero decir con esto es que la capacidad de convocatoria y movilización del nacionalismo es muy superior a la del movimiento obrero porque el mundo contemporáneo se ha concebido como una realidad de estados nación, así pues, no nos debe sorprender que el nacionalismo haya absorbido hasta el último poro de la sociedad. Todo esto se puede comprobar en el progresivo deterioro del internacionalismo eso de «proletarios del mundo uníos».

Por eso pienso que es un error lamentarse por lo que podría ser y no es. El movimiento libertario hoy sólo existe en la literatura y, por lo tanto, a mi entender, la gente se une a los movimientos vivos que sí existen y que predican eslóganes que se ajustan a su perfil. Dentro de ese surtido cada uno puede escoger a quien considere más o menos justo o afin, pero siendo francos (y desgraciadamente), el movimiento libertario no está dentro de ese buffet y, como creo que es comprensible, nadie en su sano juicio se sentaría a esperar a que se formase de nuevo un activismo libertario con capacidad de enfrentar problemas reales cuando lo que quiere son soluciones a su estado de precariedad.

Otro tema sería analizar por qué el anarquismo, tal y como lo entendemos (en su versión de apoyo mutuo, tejidos sociales,…) ha mostrado tener grandes dificultades para adaptarse y penetrar en nuestra sociedad ultracapitalista y posmoderna. El sistema ha creado un sujeto completamente manipulable a merced de sus caprichos y eso ha facilitado la aparición de los «radicales de postín» que tú bien citas. Comparto esa idea de que no existe un movimiento libertario como tal, más allá de cuatro eslóganes baratos que usan los izquierdistas. Pero creo que la hecatombe o los problemas del anarquismo no los ha producido precisamente el nacionalismo redirigiendo el malestar y la lucha hacia otras aspiraciones que no son verdaderamente las de la clase obrera. Creo que habría que analizar muy bien las condiciones en las que vivimos para darnos cuenta de que ni los libertarios más «puros» escapan de esa total subordinación a las leyes y dinámicas del mercado.

Yo no me considero libertario, pero es cierto, como dices, que ser anarquista hoy no pasa de ser en muchos casos una etiqueta sin contenido, vamos lo que ahora se conoce como “postureo”. Aun así, ese postureo es extensible a cualquier otro grupo social y no es una patología exclusiva del anarquismo y por la que haya que lamentarse. La conclusión es muy acertada, no son momentos de teorizar si no de obrar, y para eso sería interesante trabajar en una dirección: construir un tejido de afinidad.

(lamento la extensión)

e.b.

EL apátrida que ha escrito esto dijo...

Muchos gracias por lo comentarios compañeros. Es agradable ver que interesa lo que se escribe, que la gente tienen criterio y algo que decir y que no le escribimos a la nada.

Respecto a "nadie en su sano juicio se sentaría a esperar a que se formase de nuevo un activismo libertario con capacidad de enfrentar problemas reales cuando lo que quiere son soluciones a su estado de precariedad" es a través de la accion, a traves de combatir tu estado de precariedad como se forma un movimiento que puede ser libertario o no. No creo que luchando por un nacionalismo ascendente como el catalán se vayan a encontrar soluciones al estado de precariedad de la sociedad catalana y mas con la élite que lleva la batuta en el procés. Esta claro que no vivimos en una sociedad con el campo abonado para que germinen luchas en los que podamos ver nacer un movimiento libertario pero es necesario que aquellos y aquellas que creen que forman parte de un movimiento libertario sepan que no todos y todas estamos de acuerdo con eso. Si no al final militaran en podemos y se creerán anarquistas. Si que hay otras sociedades como la mejicana y otras, en las que en determinadas zonas se pueden desarrollar luchas que rompan totalmente con el sistema, pero hoy en día eso aquí no pasa. Lo mínimo que debería pasar es que aquella gente que de denomina libertaria pensara en como salir del atolladero y no estar riendole las gracias a los políticos. Saludos

Anónimo dijo...

Cuando decía que se unen a movimentos que les ofrecen respuestas no me refería exclusivamente al nacionalismo (que en este caso también puede ofrecer respuestas a la precariedad de las minorías lingüísticas) si no que pensaba más bien en todo el conglomerdao de parridos de izquierda, que aunque nos parezcan una risa y un burdo estereotipo que mama de muchas corrientes incluido el anarquismo sin conocer en muchos casos ni su signifcado, arrastran a la gente. En mi humilde opinión algo que el anarquismo a día de hoy no hace. Los motivos de esta desconexión con el gran público pueden ser diversos y desgranarlos supondría una labor que requiriría un análisis más profundo.

Anónimo dijo...

En los tiempos que corren que surja un movimiento libertaria es imposible. Los movimientos de protesta tras 2008 que han acabado en democracia de color, es a mi modo de ver, lo máximo que se ideo en sus plazas. Ni si quiera se plantearon tomar el poder y romperlo desapareciendo ellos mismos. Al medio minuto de saltar en las plazas estaban formandose grupos que pedian mas democracia, pero con y desde el estado. Democracia con sus ministerios a pleno rendimiento para legislar democrática, admiracion a los cuerpos de represión y coercion y a las fuerzas armadas, y mas y mas, es decir tomar el poder politico y no social.
La sociedad esta adoctrinada por la educación, la Tecnología y la búsqueda de trabajo para el consumo, con estos tintes, no creo que se encare una confrontación al poder o si se quiere un movimiento.
También en Cataluña,cuna de anarquismo, vemos lo mismo. Los radicales van por el poder politico.
Aun con esta negrura, y como parece abecinarse peores tiempos por el agotamiento de la energía, la contaminación y la robótica, quiza puede surgir un movimiento de protesta pero si antes no tiene claro el problema vilveremos a Podemos 3.0 y Cup 2.0. Por eso creo que concienciar y analizar como haceis en este blog es importante. Uno se debe de crear un sujeto critico y con conociento de causa. Propuesta como plantea el art. del debate dan lugar a la Pedagogía.

Donde van los libertarios -acratas en defensa de la nacion? Si es volver mas atras de donde se estaba, es ir mas atras del punto de partida en el momento mismo de la derrota que ya esta definida a priori.

Las protestas aisladas contra el estado y el capital crean escuela y desvelan las falsedades de capital. Es quizás lo único que puede dar lugar a un movimiento como en Nantes (Fr). Por que encara el problema que se avecinade la energia y la contaminación

A. S.

El apátrida dijo...

Esta claro compañeros el tema es que mucho gente que esta entre nosotros y nosotras están muy influenciados por la izquierda y se cree que vamos en el mismo barco cuando es lo institucional lo que nos esta quitando la organización necesaria para poder crear algo serio desde abajo. Cuando surge un Podemos o unas CUP lo único que hacen es restar al movimiento real, nunca sumar. Y ello tiene que ser denunciado. esta claro que no podemos estar solos, pero una cosa es buscar alianzas y otra es que acabes abandonando tu discurso y adoptando el de tus aliados.

Anónimo dijo...

El problema es el amor.

Ese es el éxito del sistema orquestado por el capital, no vencer conquistando sino cediendo, y utilizar el odio solo como herramienta para que, pase lo que pase, triunfe el amor. Porque eso es lo único que importa, que al final estemos profundamente enamorados. Enamorados de la estabilidad, del trabajo, o de la posibilidad de un buen trabajo, de un sueldo, de la cultura, del deporte o de Telecinco; enamorados, en cualquier caso, de la sensación de libertad, del abanico de posibilidades, de poder consumir vicios y placeres, también de pensar, leer y expresar lo que nos dé la gana.

Esa sensación del amor lo es todo, y todo lo demás da igual porque estamos enamorados. Lo que leemos, escribimos, debatimos o pensamos no importa; hasta los más críticos están bajo el embrujo de ese enamoramiento.

Política, nacionalismos, izquierdas y derechas, movimientos libertarios, teorías y prácticas… Si luchamos, morimos o nos pudrimos no importa, mientras sigamos presa de su esencia, incluso si avanzamos, ellos ganan. Y cuando llegue el momento volverán a ceder, volverán a sustituir el odio por más amor, y volveremos a ser y estar en el mejor mundo que ha habido nunca.

Z.

Anónimo dijo...

Es muy arriesgado juzgar un movimiento actual muy complejo y que involucra gran parte de la sociedad de un país a través del filtro de experiencias pasadas y a menudo de una naturaleza completamente distinta. Y sobre todo sin tener en cuenta para nada su composición, sus métodos, sus formas organizativas, sus objetivos y realizaciones. Los elementos de antifascismo, de defensa de la diversidad cultural y lingüística, de rotura con un estado de privilegios blindados desde siglos, de debate político difuso, de apertura a otras luchas (desde las por la vivienda a las ecologistas) que atraviesan el corpus variado del independentismo consiguiendo que valores propugnados por movimientos de emancipación se vuelvan comprensibles y aceptados, aunque claramente no siempre compartidos, por sectores de población hasta hace poco insensibles a los mismos. Reducir todo a una caricatura de nacionalismos enfrentados ignorando con desprecio lo que dicen y hacen decenas o cientos de miles de personas en barrios y pueblos de toda Catalunya es un grave error para quienes pretendan comprender y no simplemente pre-juzgar.