Ayer domingo 1 de febrero de 2015 tuvo lugar la Asamblea General Ordinaria
de la Comunidad de Regantes de Segorbe. Esta se dio en medio de la gran
expectación provocada por el que fue uno de los principales puntos del orden
del día, es decir, la cuestión referente a la cesión de agua del manantial de la
Esperanza a la empresa Dafsa, la cual ocupaba el cuarto punto por detrás de las
aprobaciones de los presupuestos del año anterior.
Para ello se dieron cita los comuneros en un abarrotado Teatro Serrano que
contó con la esperada asistencia de público de los pueblos de Segorbe,
principalmente, pero también de Navajas, Geldo, Altura, etc., una parte de los
cuales riega con agua de Segorbe.
Por lo que respecta al contenido de la asamblea, los argumentos de la
junta de gobierno fueron continuistas con la anterior línea de colaboración con
el Ayuntamiento pero no de cualquier manera y a cualquier precio.
Dos técnicos vinculados a la Universidad Politécnica de Valencia,
Roberto Abella Reus, ingeniero agrónomo del centro valenciano de estudios de
riego, y José Luis Miralles, ingeniero especialista en urbanismo; fueron los
encargados de esgrimir los argumentos utilizados por la comunidad de regantes
de Segorbe ante la Confederación Hidrográfica del Júcar para contrarrestar los
argumentos utilizados por el Ayuntamiento de Segorbe para demandar la concesión
de un volumen de 6 millones de m3 al año a favor suyo. Estos volúmenes irían
destinados tanto a la empresa en cuestión como al nuevo PGOU del Ayuntamiento.
Así pues, y ya que la comunidad de regantes piensa que la concesión de
estos volúmenes podría ser peligrosa para el conjunto del riego de la huerta de
Segorbe, los argumentos utilizados se basaron en los índices de crecimiento
poblacional esperados para Segorbe, las perspectivas de urbanización (dadas las
numerosas viviendas abandonadas en el casco histórico y las zonas ya urbanizadas sin
edificar), y las medias y mermas de volumen del manantial sobre todo en época
estival, cuando existe un mayor uso. Todo ello bajo unos criterios coherentes
de racionalidad que el hacer cotidiano de los comuneros ya tenía en cuenta.
Con todo ello concluyeron que con una solicitud de unos 1,4-1,8 millones
de m3 adicionales a los que Segorbe ya tiene asignados (1,2 el Ayuntamiento y 1,9 la comunidad de regantes), sería suficiente para
dar respuesta a las necesidades de uso agrícola, urbano, e industrial durante
los próximos años, y resaltaron, más que
suficiente, aunque manifestaron que aún con todo habría días del estío en los
que debido al mayor uso del riego, urbano y de la empresa Dafsa, se verían
afectados en el caudal, tanto los regantes como probablemente la población de
Segorbe.
Ante estos argumentos se dio la voz a la asamblea y se pudieron escuchar
diversas interpretaciones.
Entre ellas, y ante la falta de información que ha
caracterizado en todo momento este proceso, la del alcalde de Segorbe, quien
afirmó acudir a la asamblea en calidad de comunero y no como alcalde, pero, con la
jerga parlamentarista que caracteriza a sus argumentos, se posicionó a favor de
esa gran cantidad de agua con el argumento de tenerla en su poder (del
Ayuntamiento) y que no pudieran venir “otros” a pedir un agua que según él nos
pertenece (con claras muestras de insolidaridad entre comarcas) y se dirigió a
la comunidad de regantes llamándola acaparadora del agua cuando es el
Ayuntamiento el que precisamente pidió esos 6 millones m3 para tenerlos bajo su
control y poder, lo que le otorgaría la potestad de hacer con ella lo que
quisiera en el futuro, poniendo en juicio el debate de la posesión de los
recursos, aunque afirmando que, en caso de necesidad, el Ayuntamiento hubiera
cedido a los regantes cuanto hubiera sido necesario de ese volumen.
Para ello Calvo defendió la postura de la
petición del ayuntamiento contradiciendo a los técnicos y a la opinión de la
gran mayoría de los comuneros explicando una teoría de un depósito que tiene un
grifo por debajo y una manguera por arriba que lo llena, la cual cuando el
depósito queda lleno sigue rebosando agua.
Esta teoría, rebatida por los técnicos, significaría que
la comunidad tiene concedida más agua de la que debería debido a los solares
que actualmente no se riegan, por lo cuales ya se realizó un minucioso estudio
y se restringió el caudal de la comunidad. No obstante aunque esta superficie
no se riegue continúa siendo regable y podía regarse en cualquier momento.
Todo ello ocasionó el revuelo y abucheo de los asistentes a su persona y
pareció corroborar la opinión de la mayoría de los regantes.
Fue entonces cuando se dio a conocer el dato de que la ChJ, la cual
otorga el agua según necesidades, había concedido al Ayuntamiento 1,8 m. m3
adicionales a Segorbe, con lo que unido a los 1,2 de que ya dispone se presenta
con un volumen asignado de casi 3m m3 anuales al que habrá que añadir el sobrante del riego demandado de las tres poblaciones.
Digamos que esas son las conclusiones a las que ya habían llegado por
otro lado los técnicos elegidos por la comunidad de regantes, por lo que
estábamos igual.
Seguidamente continuaron hablando diferentes comuneros:
Un comunero
explicó que en unos bancales de su propiedad ya le venía justo regar con el
agua actual y que si se concedía la petición ya no podría regar. Se le rebatió
diciéndole que el problema no era de unas zonas si no de todo el termino de
riego de Segorbe ya que las diferentes zonas de riego son solidarias unas con
otras y que si a una le falta agua hay que cederla de otra zona, por lo tanto
el problema de la escasez de agua seria para todas las zonas igual.
Otro comunero explicó que el primer error que se había cometido era dejar que se construyera un polígono encima de un manantial, y el resto de aportaciones fueron referentes a que si el Ayuntamiento hubiera hablado claro desde el principio y no ocultado información no existiría tanta incertidumbre, por ejemplo en lo referente a los vertidos de las aguas depuradas, sobre lo cual no existe todavía informe de vertidos ni impacto ambiental.
Otro comunero explicó que el primer error que se había cometido era dejar que se construyera un polígono encima de un manantial, y el resto de aportaciones fueron referentes a que si el Ayuntamiento hubiera hablado claro desde el principio y no ocultado información no existiría tanta incertidumbre, por ejemplo en lo referente a los vertidos de las aguas depuradas, sobre lo cual no existe todavía informe de vertidos ni impacto ambiental.
También se remarcó la gratuidad del agua para la
empresa de zumos cuando el resto de segorbinos pagan el agua que consumen.
Posteriormente se dio paso a la votación para elegir a la nueva junta de
gobierno de la Comunidad, a la cual se presentaba, además de la ya existente,
una formada por personalidades más afines al Ayuntamiento y a la empresa Dafsa.
Debido al sistema caciquil de votación que se conserva en los estatutos
de la Comunidad de Regantes de Segorbe según el cual cada persona vota en
función de sus tierras, es decir que si tienes 30 anegadas = 30 votos y si
tienes 1=1 voto, lo que dejaba entrever un resultado favorable a la nueva
formación; algunos de los asistentes propusieron que esta nueva candidatura se
posicionara en estos temas para conocer su postura y que se mantuvieran las
medidas adoptadas por la actual juntan en caso de salir la nueva. El silencio
de los asistentes e integrantes de esa nueva junta fue la respuesta. Curiosa
forma de comenzar su pretendida andadura al frente de la Comunidad, aunque el
resultado final fue de 1500 votos para la actual junta y 659 para la nueva.
Desde estas líneas nos gustaría remarcar el papel que nos toca jugar
ante los acontecimientos y muchos son los puntos de vista desde los que esperamos
tratar esta cuestión.
Principalmente, nos parece que el argumento del mal menor es en estos
casos insuficiente, pues la oposición debe ser total, y no nos vale ninguna
concesión del tipo “todos los intereses son posibles, todos caminamos en el mismo
camino”, etc., y para ello nos basamos en los siguientes puntos que esperamos
ir poco a poco desarrollando:
-Los argumentos a favor de los puestos de trabajo caen por su propio
peso debido a las condiciones laborales que existen en la empresa, por el
populismo de los argumentos y porque no podemos dejar en manos del “trabajo”
nuestro futuro ambiental.
-El modelo de producción y consumo que ofrecen empresas como Dafsa
continua con el actual modelo de deslocalización de lo producido, de no
autogestión de las comarcas, de superproducción, etc., por lo tanto no
contribuye a crear una riqueza real ni unas condiciones de vida dignas.
-La repercusión que podría tener el regar con las aguas depuradas en
cuanto a la alteración de las condiciones de la tierra a largo plazo,
pH, alteración de las aguas del río, vertidos, etc.
-El peligro al que no se atiende si no se deja que el agua sobrante del
manantial vaya a parar al río y su repercusión en el mantenimiento del caudal
mínimo ecológico en los periodos de sequía.
-El control de los recursos al abasto de los intereses mercantiles e
industriales.
-La militzarización (control) ejercida sobre el territorio, las
instalaciones.
-La continuación con un modelo de alimentación basura basado en la
explotación para la consecución de la materia prima, utilización de
conservantes, colorantes, aditivos…
-La vertebración de los espacios por el tráfico de camiones,
infraestructuras, etc.
-La continuación de las situaciones
de explotación a las que nos han llevado las actuales condiciones de
existencia.
Por todo ello seguiremos defendiendo el agua no como mercancía, sino
como bien común.
Algunos de los asistentes a la asamblea del
domingo.
6 comentarios:
Ningún bien común debería estar al servicio del beneficio de unos pocos.
Jamas entenderé, como en un municipio como Segorbe. Donde el agua de consumo de la población es casi totalmente caballera (sin necesidad de consumos extras de bombas y energía).
La población debe pagar unos precios abusivos en beneficio de una empresa privada.
Estos servicios los debería gestionar el pueblo, ya que son bienes comunes.
Por el cierre de DAFSA YA!
Ahora lo has dicho!! El hecho de que nadie se plantee el cierre nos hace ver hasta donde estamos dispuestos a sacrificar por un puñado de trabajo precario, y aunque esto de poner el medio ambiente, la salud, el territorio, a merced del mercado y en contra de lo que puede ser nuestra salud, nuestra inmediata supervivencia, hace ver a dónde estamos como personas, comarca o pueblo.
No hay que ser excesivamente condescendentes con la junta actual de la Comunidad de regantes de Segorbe por varias cuestiones:
1º Entienden el agua de la misma manera que los poderes locales, la entienden como mercancia, cuya revalorización será aceptada si los beneficios son más o menos rentables y están bien repartidos.
2º Tienen una capacidad de poder brutal para haber parado este proceso desde el primer momento y no ha sido así. Ahora parece que se han enemistado ligeramente con el ayuntamiento, pero si ellos hubieran querido DAFSA no existiría.
3ºEn ningún momento se han planteado si el modelo de vida que plantea los productos de DAFSA es lo que queremos para los nuestros y esto debería ser vital si entendieran el agua como debe ser entendida. Sino es que no han comprendido nada...
Estoy de acuerdo, lo que no tengo tan claro es hasta qué punto podrían haberlo parado y si todo aquello de la votación de verano tenía sentido, pues si el Ayuntamiento hacía, como ha hecho, su marcha y pedía el volumen directamente a la Confederación, esta se lo podía conceder igual (¿?), aunque desde luego un recurso presentado por la Comunidad de Regantes en contra, y no favorable, desde el principio y sin concesiones hubiera ralentizado y dificultado todo el proceso, y puede que Dafsa no tuviera ahora el agua canalizada.
Esta Junta del Sindicato, primero regalo el patrimonio urbanístico al Ayto., a cambio de un mísero y ridiculo convenio. Ahora a defendido a destiempo el recurso de agua. Poniendo en peligro el futuro del riego y posibles trasformaciones agricolas, por confiar en el cacique que manipulo la información.
Por lo mesnos, aunque un poco tarde, ya han conocido al "embaucador de serpientes".
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