Esta semana la
hemos empezado con la impactante noticia de que este verano en el paraje del
Salto de la Novia de Navajas se va a cobrar entrada. La noticia nos dejó
estupefactos, algunas de nuestras lecturas sobre el futuro que nos espera se
van haciendo realidad. Son tanto la izquierda como la derecha quienes nos van
trayendo ese futuro, y ese supuesto progreso, al que nos resistimos.
Argumentando
que se trata de una normativa con la que “regular
y organizar el caos que todos los años se genera a partir de estas fechas y
conseguir, además, mantenerlo en perfectas condiciones de limpieza, mejorar su
conservación y mantenimiento, así como sus infraestructuras” sin que al
ayuntamiento le suponga un coste añadido se va a cobrar en torno a dos euros
por persona por acceder y bañarse en el paraje. Después de años promocionándolo
turísticamente ahora parece que ven las consecuencias de “morir de éxito” y no
han visto mejor solución que ponerle precio. Con un río Palancia cada vez menos
caudaloso, y cada vez más degradado, las zonas para el baño se han ido
reduciendo y los bañistas se han ido concentrando cada vez más en los pocos
lugares que quedaban. Ahora con esta medida lo que se creara serán lugares de
primera y de segunda. Los que no puedan o no quieran pagar tendrán que bañarse
en otros lugares, que al no pagar su correspondiente impuesto ecológico no
contaran con los correspondientes beneficios que ello supone. Quien quiera que
lo pague.
Con excusas
medioambientales ponen la primera piedra de los impuestos ecológicos por los
que tanto han peleado los ecologistas. No se trata de solucionar el problema si
no de parchearlo, este tipo de medidas cortoplacistas, de normal, agravan más
aun lo que pretenden solucionar. Hacen un impuesto que crea puestos de trabajo
y beneficio económico para el pueblo, y lo engalanan de un discurso
conservacionista cuando la globalidad de nuestro entorno natural solo hace que
degradarse debido al turismo y a la industria. La extracción de valor y el
desarrollo del turismo son lo primero. Ahora tendremos un paraje
artificializado y limpio al 100% para el disfrute del turista que lo único que
verá será la fachada de lo que en realidad hay.
Es cierto que lo
del Salto de la Novia se ha convertido en un verdadero problema, pero es un
problema que deja beneficio al pueblo. Pero ¿Quién lo ha creado? ¿Quien ha
promocionado el paraje turísticamente? La gran mayoría de bañistas no vienen
por el “boca a boca”. El tema es que quieren extraerle aún más beneficio
económico. Ya que en verano se tiene que aguantar esa oleada de bañistas, al
menos que dejen cada vez más beneficio en el pueblo. El espíritu mercantilista
con el que nos han educado hace que veamos el mundo como una gran mercancía,
todo se puede comprar y todo se puede vender, lo que no vemos la mayoría de las
veces son las consecuencias de lo que estamos haciendo. La oleada de bañistas
lleva incorporada una oleada de coches dentro del pueblo con un caos
circulatorio que ocasiona muchas molestias a los vecinos. Navajas ya tuvo
problemas respecto a las zonas azules. Es más, la huella ecológica que tiene
que soportar cada verano el paraje, en forma de residuos y de meadas con sus
respectivos pañuelos alrededor de este, es cada día mayor y el Ayuntamiento se
ve con graves problemas para solucionar esto.
Si lo que en
realidad preocupa es el impacto ecológico que puede causar al río en general, y
al paraje en particular, no nos parece la mejor forma cobrar a los bañistas, ya
que no creemos que cobrando la gente vaya a generar menos residuos ni a dejar
el paraje en mejores condiciones. Sería mejor dejar de promocionar
turísticamente el paraje pero como sabemos que el turismo rural parece ser la
panacea de todos nuestros males no creemos que eso lo vean viable. Otra solución
sería hacer una labor de concienciación sobre la responsabilidad de cada
bañista en el respeto al entorno haciéndole ver que es su obligación –y la de
todos- su conservación. Sería una buena forma de no delegar en trabajadores lo
que es responsabilidad de todos y mucho más fructífero para lo que se pretende
que el cobro de entrada y la creación de puestos de trabajo. Sería también
necesario poner váteres. Pero claro, todo ello no crea el valor necesario.
¿Pero cómo se
atreven a poner un precio por acceder a un trozo de río?; Aunque la palabra publico nos chirría
bastante por esta vez la utilizaremos. ¿No es un lugar público? ¿No es mercantilizar
o privatizar un lugar público?; ¿De quién es su propiedad? ¿Se puede ser
propietario de un río? ¿Se puede ser propietario de algo?; ¿El agua que baja
por el río de quién es? ¿De los de Bejís? ¿El agua que baja por la acequia de
la cascada de quién es? ¿Puede el agua que corre tener propietario?; ¿Pondrán
impuestos por el aire que respiramos? Por el Sol ya hay.
Lo que no se
puede hacer es hacer una promoción turística del paraje y después quejarse de
los resultados. La contaminación y el caos es algo inherente al turismo, sea
este rural o no. No hace falta ser una gran localidad turística para ver las
nocividades que el turismo lleva consigo. Es más, mientras se quejan de ello,
de “dejar el paraje en mal estado y lleno
de desperdicios”, quieren en un futuro mejorar el entorno con la adecuación
y señalización de las rutas senderistas que discurren por el paraje “de forma que el visitante no solo vea el
Salto de la Novia, sino que tenga distintas alternativas de rutas para hacer o
de lugares a visitar en el pueblo”. Se quejan del caos pero quieren más
turistas “Creemos que ese es el impacto a
seguir porque puede generar un gran impacto a nivel nacional si se trabaja
bien”.
Tenemos que
hacer una reflexión profunda sobre el modelo económico que el sistema nos vende
como única solución y si la mercantilización y la monetarización de todo lo
existente es recomendable tanto a largo como a corto plazo. He aquí un grano de
arena para fomentar el debate. Saludos
Cecilio
Rodriguez
Fuente:
Levante emv
6 comentarios:
Creo que como planteáis, les ha salido por la culata el tema del turismo masivo, ya que ocasiona más molestias a los vecinos que beneficios. A mí personalmente, una de las cosas que más me sorprendió, a parte de la desfachatez y el insulto que supone cobrar a alguien por ver un trozo de río, fue que en uno de los lugares donde se comunicaba la noticia, se alegaba que lo que se pretendía con esta medida era atraer "otro tipo de turismo". Yo me pregunto ¿cuál es ese otro tipo de turismo? y ¿por qué discriminan a unos turistas frente a otros?.
Sinceramente, creo que esta medida no hay por dónde cogerla. Dan ganas de echar a correr.
Para nosotros ni existe otro tipo de turismo. Saludos
La verdad que esto es grave. Abre un precedente sin fin, pero es el futuro que nos espera. Tranquilos pronto habrá que pagar para la Sierra Espadán, para ir coger esparragos...etc Es el futuro que nos espera, y los ayuntamientos, como gestores de la catastrofe,nos diran que es necesario junto a las restricciones en muchas cuestiones básicas. Hace años que llevamos hablando de esto y poco a poco los acontecimientos nos van dando la razón a los más pesimistas. Y sino, tiempo al tiempo...
otro tipo de turismo sera un turismo normal, no el de fragoneta, con el Pápa, la Rebe y el Jonathan.
Aprecio cierto elitismo en tus palabras. El turismo es nocivo de por si. Cambiando de tema, en el levante de hoy hay un especial sobre la apertura de piscinas. Buen negocio mientras degradan y mercantilizan nuestros rios y playas.
Navajas no está contra el turismo ni mucho menos. Sus concejales hablan de abrir Navajas al mundo y de tonterías por el estilo por lo que tomar medidas de este tipo no es para evitar "turismo", sino para hacerlo rentable o por lo menos que no cueste, pero que no nos confundan ya que no hay ninguna campaña del ayunta contra el turismo!.
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